Una pequeña ermita que se encarama a la roca y parece desafiar al bravío. mar Cantábricouna retorcida escalinata que cruza un istmo y permite alcanzar el pequeño templo y, como telón de fondo, la belleza salvaje del litoral vizcaíno. la de San Juan de Gaztelugatxe es, tal vez, la postal más icónica de la costa vasca.
Escenario de ataques piratas y de leyendas, lugar de culto para cinéfilos y parada en el Camino del Norte es un rincón mágico. Como lo es todo su entorno, un territorio donde naturaleza, historia y tradiciones se entrelazan. De hecho, ante la pregunta de qué ver cerca de San Juan de Gaztelugatxe caben muchas respuestas, más allá de bilbaociudad que hay que descubrir sin excepción.
Qué ver cerca de San Juan de Gaztelugatxe: pueblos con encanto
Bakio, con sabor a txacolí
Bakio se extiende hasta un paso de San Juan de Gaztelugatxe. Un pequeño rosario de montes protege una villa que cuenta entre sus tesoros con la playa más extensa de Bizkaiaperfecto para darse un baño y, en especial, para iniciarse en un deporte tan apasionante como el navegar.
Pero Bakio es, sobre todo, tradición en forma de ese vino autóctono vasco que es el txacolí y que aquí se elabora desde tiempos inmemoriales. Su museo, así como algunas bodegas que ofrecen visitas a los viñedos y catas, harán las delicias de todo amante de los buenos caldos.
Mundaka, paraíso surfista
Cuatro metros de altura y 400 de largo han dado fama a la ola izquierda de Mundakaque está considerada como una de las mejores olas de España y de Europa. Por ello, estas aguas son destino casi obligado para los amantes del surf.
Ya en tierra firme, hay que descubrir otros encantos de Mundacacomo la fotogenia de su pequeño puerto o el paisaje de la costa desde la ermita de Santa Catalina. Queda dejarse seducir por la serena belleza del estuario del río Okadonde las mareas y una vasta extensión de arena dibujan un lienzo tan cambiante como difícil de olvidar.
Bermeo, esencia marinera
Los 800 años de vida de Bermeo están ligados al mar. Esa esencia respira en el laberíntico barrio marinero o en su siempre animado puerto. Un puerto que fue cuna de aguerridos navegantes, como los que hace cinco siglos embarcaron en la expedición de Magallanes y El Cano, primer viaje marítimo que dio la vuelta al mundo.
Bermeo es una de esas localidades que hay que pasear con calma para conocer su historia, pero que, sobre todo, hay que saborear. Antiguo puerto ballenero, hoy son el bonito y la anchoa los protagonistas de su gastronomía y de unos pintxos capaces de seducir a los paladares más exquisitos.
Gernika, testigo de la historia
La localidad de Gernica es símbolo de la historia y de la identidad vasca. Paradas imprescindibles hijo la Casa de Juntas, el árbol de Gernika o el Museo de la Paz. Cada una de ellas es una lección de aquello que no debería volver a repetirse.
Pero si esta es una de las localidades que hay que ver cerca de San Juan de Gaztelugatxe, no es solo por su historia. Gernika es también cultura y tradición en forma de ese templo de los pelotaris que es el frontón Jai Alai o de mercados en los que comprar. delicias como quesos de la zona o unos exquisitos pimientos con Denominación de Origen.
Tesoros de la naturaleza cerca de San Juan de Gaztelugatxe
Los mil encantos de Urdaibai
San Juan de Gaztelugatxe está rodeado de la hipnótica belleza de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. es uno de los grandes pulmones de Bizkaiaun territorio donde se suceden y se entremezclan montes que son ejemplo de integración de entorno y actividad humana, playas vírgenes como las de Laga o Laida y marismas que son hogar o lugar de descanso de infinidad de aves.
Pero Urdaibai esconde mucho más. Rincones magicos como el Bosque de Omafantasía de Agustín Ibarrola hecha realidad donde los árboles se convierten en lienzoo como las cuevas de Santimamiñe, en las que fue la piedra la que sirvió de base para que artistas de hace miles de años dejaran su huella en forma de pinturas rupestres.
La fuerza de la naturaleza en el flysch de Barrika
Capas rocosas que se retuercen en las paredes de los acantilados y afilados pliegues que emergen de la arena en forma de cola de dragón hasta adentrarse en el mar: son los protagonistas de una de las postales más hipnóticas que se pueden admirar cerca de San Juan de Gaztelugatxe.
El flysch de Barrika es hermano pequeño de ese otro más famoso que es el flysch de Zumaia. Es un escenario casi de fantasía que habla de millones de años de historia geológica y de la todopoderosa fuerza de la naturaleza. Recorrer los acantilados de Barrika se convierte así en una experiencia de vértigo en todos los sentidos.
Autor: Sonsoles Jiménez González
Fuente de contenido