Encaramado a 929 metros sobre el nivel del mar, el Santuario de Santa María de Rocacorba se alza majestuoso sobre el paisaje catalán. Este impresionante santuario, También conocido como Castell de Rocacorba.vigila los frondosos bosques que se extienden a sus pies y ofrece a los visitantes una combinación de espiritualidad, historia y naturaleza en su máxima expresión.
Este rincón del macizo de Rocacorba (su nombre proviene del catalán y se traduciría como «roca curva») se encuentra muy cerca de la localidad de Canet d’Adrien la comarca del Gironés (Gerona). Su arquitectura, de estilo románico, refleja la belleza de este tipo de edificios religiosos.
Su declaración como Bien Cultural de Interés Nacional en 1988 hace que su valor patrimonial sea comparable al de otros monasterios de España como el de Montserrat o el de Sant Miquel del Faí.
Santuario de Santa María de Rocacorba: centinela espiritual en las alturas
Los orígenes del Santuari de Rocacorba se asocian al siglo XI, aunque existen vestigios en la zona que invitan a pensar que pudo tener cierta importancia estratégica como fortaleza en la época ibérica. Sin embargo, el primer testimonio documentado corresponde a un testamento de 1065.
Fue durante la Edad Media cuando este lugar cobró verdadera relevancia. Inicialmente como uno de los primeros castillos tras la conquista de este territorio gerundense a los sarracenos. Y más tarde como santuario dedicado a la Virgen María al pasar su propiedad a manos de la Iglesia.
También ha servido de refugio para los peregrinos que lo visitaron en el siglo XVIIIpuesto que pared con pared con el templo había una hospedería gestionada por los encargados de cuidar el Santuari y que en la actualidad se encuentra cerrada.
El edificio actual, construido en el siglo XVIII después de que su paulatina decadencia como castillo provocara su transformación en el santuario mariano a finales del siglo XV, es un testimonio de devoción y arte eclesiático que bien merece un lugar entre las maravillas a visitar en la provincia de Girona.
A lo largo de los siglos las instalaciones han sido objeto de distintas restauraciones. Una de ellas a causa de un incendio que provocó su destrucción en 1428 y las más recientes en la década de 1980, cuando se descubrió un ábside que prueba su existencia románica en el siglo XIII.
Con su nave única y su ábside cuadrangular, el edificio emana una simplicidad elegante que contrasta con la grandeza de su entornoo. El campanario de la torre cuadrangular con cubierta piramidal se yergue como faro espiritual y vigía del paisaje circundante.
La leyenda de la virgen de la pera.
Un lugar tan impresionante, que por ubicación recuerda al Monasterio de Sant Pere de Rodesno le podía faltar su buena dosis de leyenda. Una de ellas cuenta que, cuando se decidió edificar la capilla un poco más abajo en la montaña, las herramientas de los operarios desaparecieron y fueron encontradas en el lugar donde se erige el Santuari de Santa María de Rocacorba.
Otra versión apunta que en una cueva cercana apareció una imagen de la Virgen de la Pera y que la elección del lugar para construir la capilla fue guiada por intervención divina. En el altar mayor del Santuari se puede ver una réplica de la talla, ya que la imagen original, de estilo gótico, se encuentra en el Museo de Arte de Girona.
Sea cual sea su origen, lo cierto es que se convirtió en lugar de peregrinación para los fieles de la comarca, que hoy en día siguen rindiendo culto a la Virgen y le dedican romerías cada año durante los Lunes de Pascua Florida y la Asunción de la Virgen María el 15 de agosto. Festividades que representan, además, una buena oportunidad de acercarse a las tradiciones locales.
Pese a encontrarse en un lugar escarpado y tiempo atrás de difícil acceso, hoy en día todo el mundo tiene a mano conocer el Santuari de Rocacorba. A escasa distancia se ha habilitado un aparcamiento desde el cual se puede acceder fácilmente a un pastel.
No obstante, aquellos que prefieren aprovechar la visita para disfrutar de un entorno de majestuoso paisaje, o recordar la travesía espiritual y emocional de los antiguos peregrinosdisponemos de algunas rutas caminando.
Ruta desde Canet d’Adri
El camino comienza en este pueblo y atraviesa bosques densos con unas vistas espectaculares de la comarca. Pese a ser una ruta de dificultad moderada, es de las más populares y la elegida por senderistas principalmente.
Ruta desde Sant Martí de Llémena
Otra opción es comenzar en Sant Martí de Llémena. Es un poco más largo y desafiante, pero recompensa a los caminantes con vistas impresionantes y la oportunidad de explorar la flora y fauna local.
Autor: Diego Jiménez Zayas
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