Las cuatro provincias gallegas han evocado desde siempre una espiritualidad muy especial. La pervivencia de viejas creencias paganas se funde con un catolicismo igualmente arraigado, y el resultado es a veces tan sugerente como el que vamos a descubrir enseguida: un santuario en el corazón de Galicia donde se siguen combatiendo las posesiones demoníacas.
Exorcismos y devoción en el corazón de Galicia
A medio camino de la carretera que une Silleda con Vila de Cruces, en lo alto de una colina, llama la atención lo que parece una iglesia, de buena puerta y líneas elegantes. Estamos en el Valle del Deza, no muy lejos de su capital, Lalín, y el llamativo edificio es uno de los templos con más devoción de toda Galicia. Conozcamos un poco mejor su importancia.
El santuario de Nosa Señora do Corpiño, fervor mariano y lucha contra el Maligno
El poder de atracción de este santuario gallego se percibe durante todo el año. Peregrinos de Galicia entera se acercan a este lugar santo de la parroquia de Santa Baia de Losón, en Pontevedra, en busca de remedio para sus machos. Sin embargo, el momento culminante de este fervor tiene lugar entre el 23 y el 24 de junio de cada año, cuando son cientos las personas que se concentran en este lugar poderoso. ¿Qué buscan en él?
En estas romeríasson habituales los exvotos de cera y las velas, ofrendas que la Virgen recibe antes de salir en procesión. Los devotos frotan pañuelos contra los pies de la figura.convencidos de que así se llevan algo de su poder. Si por algo es famosa Nuestra Señora de O Corpiño es por su fuerza contra ciertos males: hechizos, males de ojo, enfermedades mentales o nerviosos y males desconocidos.
Cuando la ciencia no da con una respuesta, no es extraño en estas tierras pensar que se trata de algún meigallo o hechizo o, en el peor de los casos, una posesión demoníaca. En O Corpiño todavía es posible presenciar exorcismosla última esperanza para aquellas aflicciones que solo se pueden atribuir al mismísimo satanás. Estas posesiones, denominadas aquí como «ramo cativo» o «locura ruina», suelen atacar a personas que por su culpa se vuelven blasfemas o realizan extrañas contorsiones. Pero el empeño de los exorcistas de O Corpiño sabe cómo lidiar con estos casos impactantes.
Una historia que se pierde en los siglos.
El elegante edificio que vemos hoy en día presenta líneas neoclásicas al gusto de los siglos XVIII y XIX, y en él destacan el esbelto campanario y las columnas toscanas. Sin embargo, los orígenes del santuario se remontan mucho más atrás. Tan atrás como el siglo VIII.
En aquella época, vivió en este monte un hombre con fama de santo, un ermitaño con gran devoción a la Virgen. Su cuerpo incorrupto fue albergado largo tiempo en una sencilla capilla.y las visitas al lugar donde se conservaba el corpiño (su cuerpo) empezaron a menudear, hasta que las guerras con los árabes lo sumieron en el olvido.
Mucho después, en el siglo XII, un día de junioel sol se ocultó de repente entre grandes nubarrones, y truenos y relámpagos atemorizaron a unos pastores, apenas unos niños, que se encontraban por allí. los pastorcillos fueron a refugiarse en la capilla ya ruinosa de O Corpiñoy allí mismo pudo ver, junto a un potente resplandor, a la madre de Dios, que les sonreía.
Ante el escepticismo del pueblo y las autoridades, la Virgen se apareció de nuevo un 24 de junio, esta vez delante de todo el pueblotras lo cual se decidió levantar el santuario que ha llegado hasta nosotros, y venerar la imagen tallada en madera de castaño que preside el recinto.
Una tierra de resonancias míticas
Más allá de la sobrecogedora práctica de los exorcismos o del fervor popular de la Virgen de Corpiño, las tierras que envuelven el santuario están llenas de rincones que nos conquistan de muchas maneras. Iglesias muy cercanos, como Santa Baia o San Pedro de Losón, tienen ese encanto de la religiosidad rural gallegapero hay mucho más.
La comarca del Deza esconde algún tesoro inesperado como la Fervenza do Toxauna maravillosa cascada que, con 25 metros de caída, es la más espectacular de Galicia. La magia del agua nos envuelve, pero el demonio no se encuentra lejos de aquí: a poca distancia está a Ponte do Demo, el puente del Maligno que es de por sí un fantástico mirador.
Hacia el noreste, el espacio natural de Sobreirais do Arnego se funde con el seductor embalse de Portodemouros, donde no falta una aldea abandonada que emerge de las aguas. La Serra do Candán o las Brañas de Xestoso, también, son rincones donde el verde de galicia abre sus brazos al visitante y propicia unas caminatas memorables entre saltos de agua, bosques hechizantes y lagunas imprevistas.
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Autor: Fran Agudo
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