Nada puede igualar el encanto de la Venecia auténtica, pero eso no quiere decir que en rincones muy diferentes del planeta no se haya intentado imitarlo con mayor o menor fortuna. Empuriabrava, es Geronaes uno de esos lugares. Las diferencias son evidentes, al fin y al cabo las separan siglos de historia.pero al visitar Empuriabrava es inevitable pensar en La Serenísima. Y no solo por la presencia de esos canales que son su razón de ser, también por un ambiente en el que se respira un lujo que a veces roza la ostentación.
Así es la ‘Venecia de la Costa Brava’
Empuriabrava es una de las marinas residenciales más grandes de Europa y del mundo. Tal vez dicho así sea difícil hacerse una idea de cómo es en realidad esta ‘Venecia de la Costa Brava’. Pero si se mencionan sus 25 kilómetros de canales y sus más de cinco mil amarres no resulta tan complicado entender la razón de su apelativo. De hecho, su imagen nada tiene que ver con la de otras zonas turísticas del litoral español.
Aquí, en lugar de rascacielosse alzan residencias encaladas que se asoman a unos canales que son sus auténticas arterias de comunicación. El ruido del tráfico es el del trasiego de embarcaciones de diferente tamaño. Y las aglomeraciones de visitantes cuando llega la temporada alta apenas tienen cabida. Así, Empuriabrava es uno de esos escasos lugares de la sobreexplotada costa mediterránea donde aún se puede respirar con cierta tranquilidad..
Y todo ello a pesar de que es uno de los puntos de mayor atractivo turístico de Girona. Lo es por esa esencia veneciana, pero también por el lugar privilegiado en el que se construyó. Se encuentra en el golfo de Roses.junto al Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà ya un paso de localidades tan representativas de la Costa Brava como Cadaqués o Figueras.
Historia de un proyecto que quedó inacabado
A pesar de todo, la historia de Empuriabrava no difiere mucho de la de otros centros turísticos que se construyeron entre los años 60 y 70. El área que hoy ocupa era una zona pantanosa dedicada al cultivo de arroz y de maíz.. Una tierra en manos, en su mayor parte, de grandes terratenientes. Fue uno de ellos, el marqués de Sant Morí, quien dio los primeros pasos para urbanizar la zona a mediados de los años 60 del pasado siglo.
Pero no se trataba de seguir el modelo que ya se había implantado con fuerza en otras zonas de la costa mediterránea español. El proyecto de Empuriabrava no buscaba atraer al turismo de masas, sino a otro mucho más exclusivo. Para ello, contemplaba la construcción de una de las marinas residenciales más grandes y de más alto nivel de Europa.
Hubo altibajos en su ejecución; De hecho, no se llegó a terminar. La crisis y las presiones del movimiento ecologista paralizaron la ampliación prevista del proyecto. Pero a esas alturas, casi veinte años después del inicio de las obras, Empuriabrava se había convertido ya en uno de los referentes turísticos de Girona.
Un lugar para disfrutar por tierra, mar y aire.
Empuriabrava es uno de esos lugares que se puede disfrutar de mil maneras diferentes. Dar un paseo en barco por esos brazos de agua resulta inevitable y es una magnífica forma de disfrutar del singular encanto de este lugar. Pero alejándose de los canales, el golfo de Roses es un lugar ideal para deportes acuáticos como la vela, el kitesurf o el windsurf.
Sin embargo, no es desde el agua, sino a vista de pájaro, como mejor se aprecia el entramado acuático de Empuriabrava. Y es muy fácil conseguirlo, siempre y cuando no se tenga miedo a las alturas y se esté dispuesto a disfrutar de la aventura y liberar adrenalina. Desde un aeródromo cercano despegan aviones que permiten lanzarse en paracaídas y admirar la forma de la bahía de Roses y de la marina. Es más, este es uno de los centros de paracaidismo más grandes del mundo.
Pero hay actividades mucho más relajantes para los menos aventureros. Las playas de esta zona son magnificas. Playas de arena fina y oleaje no demasiado fuerte. La de la Rubina es una playa familiar que además cuenta con una zona habilitada para mascotas. La otra playa es la de Les Comes, una maravilla salvaje de casi cuatro kilómetros dentro del Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà. Es tranquila, pero no cuenta con servicios y no se puede acceder a ella en coche.
No son las únicas actividades de las que se puede disfrutar en Empuriabrava. Naciones Unidas campo de golf Pequeño, pero suficiente para pasar un buen rato gracias a sus 18 hoyos, es una buena alternativa. circuitos de kartingun mariposario, así como una variedad de restaurantes, bares y pubs completan la oferta de ocio de Empuriabrava.
Qué ver cerca de Empuriabrava
Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordà
La Costa Brava está salpicada de rincones maravillosos a veces infinitamente desconocidos. Es el caso del Parque Natural de los Aiguamolls de l’Empordàel segundo humedal más grande de Cataluña. El parque ocupa la zona que no sucumbió a esa ampliación de Empuriabrava que se había previsto a mediados de los 70. La Generalitat otorgó protección al área que aún se mantenía virgen y hoy es un espacio perfecto para la observación de aves, para practicar senderismo por alguna de sus rutas o para pedalear un rato en un entorno natural de gran belleza.
Castelló d’Empúries
Empuriabrava pertenece administrativamente a Castelló d’Empúries, que por sí mismo ya merece una visita. Es uno de esos municipios que ha sabido conservar un ambiente medieval de lo más atractivo.. Aquí es imprescindible visitar la basílica de Santa María, el edificio religioso de Girona de mayor relevancia, después de la catedral de la capital provincial. Y también se debe pasear con calma por la judería, contemplar la Lonja del Mar, la vieja prisión, el lavadero público o El Portal de la Gallarda, entre otros muchos rincones de enorme interés.
Ruinas de Empuries
Estas ruinas constituyen uno de los yacimientos arqueológicos más singulares y destacados de España, pues fue una colonia griega y posteriormente una ciudad romana. El hecho de poder contemplar restos de ambas civilizaciones y conocer la historia de uno de los lugares más fascinantes del litoral español bien merece una visita. Y nada como culminarla dando un paseo hasta el antiguo puerto griego y llegar después a la encantadora localidad de Sant Martí d’Empúries.