GastroVía 61 y el Grupotel Mayorazgo

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Madrid es arte, música, atardeceres. Estatuas aladas recortadas contra el cielo, palacios monumentales y parques que rasgan con pinceladas verdes un lienzo empapado en cultura e historia. Es tan complejo y diverso, que siempre mira con cierto aire de misterio.como si nos retara a buscar sus tesoros mejores escondidos.

Y eso es exactamente lo que nos proponemos hacer hoy, con pasos que parten desde Callaoen la vibrante atmósfera que siempre flota bajo sus luminosos carteles y su remolino de viandantes, muchos de ellos con la brújula apuntando hacia la Puerta del Sol.

Descendemos la Gran Víaarteria madrileña de luces y colores, torres infinitas y carteles de los espectáculos más deslumbrantes de la capital. Cuando estamos a punto de alcanzar la Plaza de España, entre los edificios se despliega un colorido mantón de Manila. Es una prenda elegante y vistosa que adorna la fachada de un hotel engranado en la historia de la emblemática calle.

Desde su fundación en el año 1963, el Grupotel Mayorazgo forma parte de la arquitectura madrileña en el número 3 de la calle de la Flor Baja. Atravesar su entrada significa, de cierto modo, cubrirse con ese mantón de Manila y sentir. el tejido cálido de una Madrid que no olvida sus raíces.

Entrada del Hotel Mayorazgo
Entrada del Grupotel Mayorazgo. | Nahia Pérez de San Román

Tras recibir la bienvenida de la plantilla que guarda en recepción, el Bar Retiro nos traslada a uno de los pulmones verdes de Madrid. Este espacio recogido e íntimo, con su jardín vertical y el relajante rumor de su fuente, simula un agradable paseo por el Parque del Retiro.

Los sabores de Madrid: gastronomía castiza con un giro de tuerca

Al otro lado nos espera Gastrovía 61un restaurante que va desvelando sus secretos poco a poco. Una de las curiosidades del comedor es que las mesas no están numeradas al uso; en su lugar, todas ellas tienen nombres de puntos representativos de Madrid. Asimismo, en las paredes se pueden observar fotografías históricas de las plazas más representativas de la capital.

Camarera elaborando un plato en directo en el GastroVía 61
Camarera elaborando un plato en directo en el GastroVía 61. | Nahia Pérez de San Román

Tomamos asiento en la inconfundible Plaza de Cibeles, al pie de una de esas grandes fotografías, y admiramos la belleza pétrea de su fuente desde un prisma del pasado. A estas alturas, una persona atenta se habrá dado cuenta de otro detalle que puede pasar desapercibido en este lugar donde nada es fortuito. Se trata del hilo musical que nos ha acompañado hasta ahora, como una sutil banda sonora que no interrumpe, pero enriquece la atmósfera del lugar. Por supuesto, está compuesto por canciones madrileñas. Es uno de los muchos guiños que encontraremos a lo largo de la visita.

Observamos nuestro alrededor y reparamos en alguna que otra particularidad, como los trajes de chulapo que visten los camareros y camareras. Cuando abrimos la carta, anunciamos que los platos contienen términos curiosos y expresiones destacadas en amarillo. Todo cobra sentido cuando la camarera nos entrega con una sonrisa una hoja titulada «Glosario de términos castizos». El pequeño diccionario explica el origen y significado de las referencias a la cultura madrileña en los nombres de los platos. Es un aperitivo que garantiza una conversación divertida, tanto para las personas locales como para quienes vienen de fuera.

Plato del GastroVía 61: Coliflor a la brasa y aguacate asado con salsa china.
Entrada del GastroVía 61: coliflor a la brasa y aguacate asado con salsa china. | Nahia Pérez de San Román

A la hora de decidir, la carta ofrece posibilidades muy tentadoras. La propuesta de GastroVía 61 es una cocina castiza elaborada a partir de productos localesalgo que ya se aprecia en sus deliciosos entrantes, donde la excelencia de cada ingrediente se traduce en un sabor exquisito.

En cuanto a los principales, destaca su selección de arroces, así como las carnes y los pescados que preparan a la parrilla con carbón de encina, una técnica que consigue sacar el máximo provecho a la materia prima sin dañarla. Uno de los platos estrella del restaurante es el bife tartar de San Isidro, disponible en su versión tradicional y en las versiones vegetariana y vegana.

Al pedir este último plato, nos sorprende comprobar que se prepara en nuestra presencia. Tras presentarnos los ingredientes y preguntarnos el grado de picante que deseamos, el personal nos deleita con una demostración culinaria que enriquecerá la experiencia final. el bife tartar, una vez llega a la mesa, ofrece una presentación y una explosión de sabores y texturas que justifican su fama con creces.

Steak tartar vegano con seitán y guacamole
Bife tartar vegano con seitán y guacamole. | Nahia Pérez de San Román

Si quedaba alguna duda acerca de la fusión de tradición y modernidad que brinda el restaurante, esta se despeja rápidamente con los postres. Por un lado, desde las opciones saludables como la ensalada de frutas frescas, hasta delicias de toda la vida como las torrijassalta a la vista que los sabores autenticos siguen triunfando.

Por otro, quien elija alternativas llamativas como el café irlandés en deconstrucción se asombrará ante una elaboración creativa e innovadora que, además, trae consigo una sorpresa en forma de espectáculo. En cualquier caso, GastroVía 61 presume de una cocina que se reinventa constantemente, tanto por temporalidad como por introducir platos nuevos que se adaptan al paladar de los comensales a través de experimentar y recibir. comentario en el día a día.

Para los amantes del vino, es casi obligatorio complementar la experiencia gastronómica con lo que ofrece la excelente bodega del hotel, donde prima, como no podía ser de otra forma, la Denominación de Origen Vinos de Madrid.

Viajar por Madrid sin salir del hotel

Habitación temática del Hotel Mayorazgo
Esta habitación del Grupotel Mayorazgo nos traslada al Estanque del Retiro. | Nahia Pérez de San Román

En el Grupotel Mayorazgo, adquirir la llave de una habitación es similar a hacerse con un billete a un destino por descubrir. Un destino ubicado en los confines de la Comunidad de Madrid que puedes elegirse a la carta o dejar que te sorprenda. Aunque sus dimensiones puedan engañar, el hotel cuenta con nada menos que 200 habitacionescada una de ellas centrada en una temática de acento madrileño.

Así, la estancia en el hotel proporciona elegantes espacios de descanso en los que, además, se puede disfrutar de los paisajes y los emblemas de Madrid. Las habitaciones temáticas nos trasladan a rincones con encanto. como la Puerta de Alcalá, el Manzanares o el propio Retiro, todas ellas personalizadas y ambientadas al detalle. Este mimo se puede apreciar en elementos como las escenas pintadas a mano que decoran las paredes o los objetos históricos que ilustran episodios de la historia madrileña.

Las habitaciones están decoradas al detalle.
Las habitaciones están decoradas al detalle. | Nahia Pérez de San Román

No obstante, los temas de las habitaciones no se limitan a los lugares. También exploran variados iconos de la cultura de madridcomo las Fiestas de San Isidro o el bocadillo de calamares.

Para los más pequeños, el Grupotel Mayorazgo tiene un embalar infantil llamado «Aquí los niños mandan». A los miembros jóvenes de la familia les encanta participa en esta propuesta en la que está en sus manos elige la habitación, con elecciones tan divertidas como la habitación del Ratoncito Pérez o la del Parque Warner, así como regalos y juguetes para que disfruten al máximo de la experiencia.

Habitación temática infantil
Habitación de temática infantil, perfecta para disfrutar en familia. | Nahia Pérez de San Román

Una vez colocamos las maletas y apreciamos el diseño único de la habitación, es difícil resistir la tentación de investigar todo lo que esto tiene que ofrecer. Bañeras de hidromasaje y modernas terrazas con vistas a la Gran Vía son algunas de las maravillas que se pueden encontrar en ellas, aunque cada una tiene sus propios atractivos.

Podrías decir que «visitar», «saborear» y «disfrutar» son los verbos principales que buscamos satisfacer cuando emprendemos un viaje. En el pequeño mundo que se abre al atravesar el mantón de Manila de la Gran Vía, como una madriguera que transporta a un reino maravilloso, esas acciones fundamentales se experimentan con todos los sentidos.

En el Grupotel Mayorazgo, Madrid se visita a través de las referencias, los guiños y la ambientación de las habitaciones, que no dejen un rincón sin explorar; se saborea en el GastroVía 61, donde los matices de la gastronomía madrileña deleitan el paladar y nunca dejan de sorprender; y se disfruta a lo largo de todo el proceso, pues este está configurado como una experiencia de descubrimiento, calma y confort. Al fin y al cabo, entre sus acogedoras paredes engranadas en el propio corazón de la capital, todo lleva a conocer Madrid en su más diversa complejidad.

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Autor: Nahia Pérez de San Román
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