Como ciudad histórica y monumental, Segovia es un destino que atrae irremediablemente las miradas viajeras. Muchas personas acuden a ella por sentir la llamada de sus postales, tan emblemáticas y reconociblesy se terminan quedando prendasdas por un encanto que va mucho más allá. En las próximas líneas repasaremos los prodigios del patrimonio segoviano, así como las delicias de la gastronomía local que completan la experiencia de una visita a Segovia.
Una introducción perfecta discurre a los pies del que quizás sea el símbolo más representativo de la ciudad: el acueducto de segovia. 167 arcos de granito se recortan contra el cielo en esta imponente estructura incrustada en el corazón de Segovia, una narradora silenciosa de más de 2000 años de historia. El acueducto segoviano se considera una de las mayores muestras de ingeniería romana en el territorio español y es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1985.
Para pasar la página y desvelar el segundo capítulo hay que alzar la mirada y encontrarse con un autentico palacio de cuento de hadas. De hecho, se ha confirmado que Walt Disney se inspiró en él para dar forma al clásico castillo de Blancanieves. Hablamos, por supuesto, del Alcázar de Segoviauna maravilla arquitectónica que se alza sobre una roca en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores.
El Alcázar de Segovia ha tenido diferentes usos a lo largo de los siglos, entre ellos el de residencia de los Reyes de Castilla. No es difícil imaginar una vida de fantasía entre sus torres y sus salas palaciegaslas cuales, de poder hablar, relatarían historias fascinantes de caballeros y princesas.
Este castillo en la linde de Segovia se funde a la perfección con el paisajedonde la magia de las estaciones pinta el cielo y los árboles a su alrededor, creando decorados de nieve y hojas doradas que bien podrían ilustrar la cubierta de una historia de duendes y dragones.
Si, desde este mirador privilegiado, observamos la panorámica de la ciudad, nuestros ojos seguirán el vuelo de las cigüeñas hasta los pináculos de la catedral de segovia. Este suntuoso templo, también conocido como la Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutosse construyó entre los siglos XVI y XVIII. En la belleza de su arquitectura, perteneciente al gótico tardío, se perciben matices renacentistas que aportan un broche de complejidad a las elegantes formas del monumento.
El nombre de la Dama de las Catedrales hace alusión a su imponente elegancia, una presencia imposible de ignorar en la Plaza Mayor de Segovia. No obstante, quien quiera penetrar realmente en los tejidos de la ciudad encontrará gemas escondidas que, aunque una simple vista no destaquen tanto como los monumentos más grandiosos y populares, aportarán una perspectiva más cercana y compleja de la esencia segoviana.
Un ejemplo de ello es la Real Casa de Monedaun hermoso edificio ubicado extramuros, entre el río Eresma y el Jardín de los Poetas. Este lugar cuenta con una vista única al Alcázar de Segovia y ofrece espacios museísticos de gran interés cultural.
Muy cerca, en la Puerta de Santiago de la muralla segoviana, se encuentra la Colección de Títeres de Francisco Peralta. La visita nos descubre la obra del reconocido marionetista que figura en su nombre, una experiencia muy curiosa que es perfecta para disfrutar. en familia. Un poco más adelante espera la Casa Museo de Antonio Machadouna parada imprescindible para quienes quieran sumergirse en la Segovia más literaria.
Tras esta degustación de los monumentos y lugares más emblemáticos de la ciudad, que podrían alargarse hasta el infinito, no está de más reconducir la narrativa a los escenarios que embellecen sus horizontes. El protagonista es el Valle del Eresma, bañado por el río del mismo nombre. Corrientes frescas y frondosas arboledas surcan este paisaje en el que la naturaleza se fusiona con el patrimonio.
Entre las ramas y las hojas se ocultan templos preciosos, donde destacan conventos y monasterios a los que merece la pena acercarse. Algunos ejemplos son el Convento de los Carmelitas Descalzos, donde se encuentra enterrado San Juan de la Cruz, el Santuario de la Virgen de la Fuencisla (Patrona de Segovia), la Iglesia de la Vera Cruz o el Monasterio de Parral.
En este escenario afloran las huertas de segoviadonde se recoge un producto local y ecológico que se traslada a sus cocinas en forma de puerros, endibias, zanahorias, tomates y otras verduras y hortalizas de gran calidad. También hay que destacar el cultivo de legumbres en la zona, entre las cuales no podemos dejar de mencionar el garbanzo de Valseca o el Judión de la Granja. Este ingrediente es, a su vez, protagonista de un sabroso plato de cuchara con acento castellano que hay que probar en Segovia si se tiene ocasión.
La gastronomía de Segovia cuenta con otros productos únicos y de alta calidad que resaltan por su autenticidad y sabor como los embutidosespecialmente el chorizo de cantímpalos y los jamones curadosque son auténticas delicias, elaborados con métodos tradicionales que realzan su sabor y calidad. Nuestro territorio también alberga prestigiosas bodegas de vino que producen caldos excepcionales, especialmente tintos y rosados que complementan a la perfección la cocina local. En el ámbito de los lácteos, destacan las queserías segovianasreconocidas por sus quesos artesanales de leche de oveja, que ofrecen sabores intensos y variados.
Como es natural, la cocina de siempre se ha adaptado a los nuevos tiempos y se ha manifestado en forma de platos innovadores que le dan nuevos giros a la gastronomía tradicional. Las diversas muestras de cocina innovadora de Segovia se elaboran a partir de productos de kilómetro 0, sostenibles y responsables con el medio ambiente.
Dicha conexión entre los ingredientes de la tierra y los sabores de la ciudad se puede conectar con la relación que existe entre Segovia y su paisaje, su arquitectura y su naturaleza de mil colores. Es un cuento de invierno, primavera, verano y otoño. cuyo hechizo no conoce de puntos finales.
Autor: Nahia Pérez de San Román
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