Un paseo al corazón de Pamplona

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Quien haya puesto un pie en Pamplona Sé que es una ciudad que invita a caminar. Una capital verde donde se sienten las estaciones. y una vegetación fresca y ordenada monumentos abrazas que recitan antiguas historias. Un mapa de calles de piedra, casas coloridas y ventanas que desprenden los aromas más deliciosos, invita secretos destinados a cualquier persona que sepa disfrutar de la buena gastronomía.

En esa invitación casi furtiva, como un breve guiño o un susurro enredado en el viento, Pamplona ofrece la posibilidad de Explora los ricos paisajes de Navarra a través de sus productos de la tierra.muchos de ellos reconocidos con denominaciones de origen. Así, al probar el nivel espárrago navarrouna delicia de fama merecida que se deshace en la boca, se sobrevuelan las largas líneas que dejan sobre el campo las hileras de acolchados que lo cubren.

Con un simple bocado a las sabrosas alcachofas o los inconfundibles pimientos del piquillo de Navarra se perciben mil matices que condensan la excelente calidad del producto local. No en vano se considera que la Denominación de Origen Pimiento del Piquillo de Lodosa es el ‘oro rojo de Navarra’.

Entre los sabores de Pamplona que evocan las tonalidades de los extraordinarios. paisajes navarrostan coloridos como diversos, También hay que destacar las alubias pochas.los hongos, el Foie gras y las carnes. Son cucharadas cálidas y placenteras a sus bosques y campos que reflejan una gran riqueza natural.

Pimientos del piquillo de Lodosa
Pimientos del piquillo de Lodosa. | Shutterstock

Paisajes, sabores e historia se citan en el Mercado de Santo Domingo, el más antiguo de Pamplona. Con orígenes tan remotos como el año 1565, este mercado ha experimentado la transformación de la capital navarra a través de los siglos. Aunque más reciente, el Mercado del Ensanche también abastece a la ciudad de una viva paleta de alimentos frescos.

Algunas de las hortalizas que componen los colores de dicha paleta se recogen en el Parque Fluvial de Pamplonacon sus franjas de intenso verdor regadas por los ríos Arga, Elorz y Sadar. Además de regalar el fruto de sus huertas, este espacio natural brinda la posibilidad de disfrutar de agradables paseos y practicar deporte al aire libre.

Caminar sobre la blanda hierba, observar las hojas de los árboles que tiemblan con la brisa, parcialmente traslúcidas bajo la mirada ambarina del sol. Respirar naturaleza y gloria de viejas batallas, el esplendor de un pasado que reposa, regio y latente. Son infinitas las sensaciones que afloran al pasear por la majestuosa ciudadela de pamplonauna fortificación en forma de pentágono que condecora la ciudad con una noble estrella esmeralda.

ciudadela de pamplona
Ciudadela de Pamplona. | Shutterstock

Tanto locales como personas que están de paso recorren su silueta, admiran su arquitectura renacentista, se sientan a descansar tranquilamente en el césped o en algún banco de los alrededores. Entre sus cinco baluartes, uno por cada punta de la estrella, guarda un apasionante escenario histórico que combina a la perfección con los parques y la rica vida cultural de Pamplona.

A un tiro de piedra de la Ciudadela, enmarcado por el cauce del río Arga, espera el pintoresco Casco Antiguo de Pamplona. Merece la pena recorrer sus murallas y admirar las vistas.donde aflora el contraste de la piedra de las construcciones históricas y los tonos vibrantes de los árboles y las montañas que ejercen de telón de fondo. Es un paseo delicioso para un día soleado, aunque también se disfruta en los meses más fríos, con ropa bien abrigada y alguna parada para tomar una bebida caliente en una cafetería acogedora.

Casas coloridas en el Casco Antiguo
Casas coloridas en el Casco Antiguo. | Shutterstock

En las propias murallas se pueden encontrar bares y terrazas muy agradables que invitan a detenerse, sin importar la época del año. Si, en su lugar, nos internamos en el entramado de calles del Casco Antiguo, encontraremos un bello lienzo decorado con fachadas de colores y edificios históricos. Sus recodos huelen una tradición ya una cultura gastronómica en constante crecimiento.

Dicha cultura comienza en la animada atmósfera de las típicas calles de baresdonde es casi obligatorio probar los pintxos y alguna de las magníficas bebidas de la zona, como los vinos de las denominaciones de origen de Navarra y la Riojael pacharán o la sidra. Dejarse acoger por el ambiente cálido que se genera en este contexto y degustar los ingredientes locales a través de los pintxos es una forma ideal de vivir la auténtica experiencia pamplónica.

Pintxos en un restaurante de Pamplona
Pintxos en un restaurante de Pamplona. | Shutterstock

Por si todo esto fuera poco, la gastronomía de Pamplona también reluce en la hostelería de mesa. Desde las elaboraciones más sencillas donde se acentúan los sabores propios de los productos de calidadhasta la alta cocina que garantiza una vivencia gastrónomoacudir a un restaurante de la capital de Navarra es un éxito asegurado, además de precios competitivos.

La excelencia de su cocina salta a la vista desde el momento en que la Denominación de Origen Protegida Aceite de Navarra aromatiza sus platosdonde destacan los fritos, el cordero al chilindrón, la menestra de verduras y las pochas con chistorra, entre muchas otras recetas tradicionales. En el momento del postre no pueden faltar la cuajada o un exquisito queso de la Denominación de Origen Protegida Idiazabal.

La arquitectura de Pamplona
La arquitectura de Pamplona. | Shutterstock

Independientemente del lugar que se elija para disfrutar de los sabores de la ciudad, una receta completa también discurre a la vera de sus tejados. Plazas, museos e iglesias de gran belleza. erigen su compleja arquitectura, que a su vez construye un patrimonio de gran valor histórico y cultural.

Como es natural, viajar al corazón de Pamplona implica mezclarse con sus gentes, ya sea en celebraciones repletas de colores y música como la fiesta de San Fermín o en los pequeños gestos cotidianos donde se aprecia la cercanía y la amabilidad de sus habitantes. De la mano de ese carácter hospitalario que define a la ciudad de Pamplona, ​​aceptar su invitación es simplemente inevitable.

Artículo escrito en colaboración con Saborea España.


Autor: Nahia Pérez de San Román
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