El pueblo que se independizó de España 3 días

En la costa occidental de la isla de La Palma, en Canarias, hay un pueblo asentado en un llano, entre el Atlántico y un mar de plataneras. El colorido de sus casitas contrasta con el color negro de la playa, y lo convierte en un pueblo de postal, de los más bonitos de La Palma. Nada hace pensar a primera vista que, en este pueblo, tuviera lugar el siglo pasado un episodio tan sorprendente como una declaracion de independencia. Y no la independencia de un municipio (que también) o de Canarias, sino de la propia patria española. ¿Cómo fue aquello posible?

Tazacorte en la historia

la conquista de Palma se inició precisamente donde en la actualidad se sitúa el Puerto de Tazacorte, en la desembocadura del barranco de Las Angustias. Corría el año 1492. Allí se levantaron el primer campamento y una ermita, dedicada al que sigue siendo el patrón de la población, San Miguel Arcángel. Poco después, el terreno era una finca propiedad de un emprendedor flamenco, que la dedicó al cultivo de la caña de azúcar. Quienes trabajaban estas tierras lo hacían en condiciones no muy diferentes de las de los siervos medievales, ya finales del siglo XVIII, coincidiendo con el agotamiento del terreno, habían quedado en la más solemne pobrezahasta el punto de que comían poco más que las raíces de los helechos.

Ya entrado el siglo XIX, Tazacorte queda incluido en el municipio recién creado de Los Llanos de Aridane, y el decadente cultivo de la caña se sustituye por otras actividades como la pesca o la cría de cochinillas, que junto a otros cultivos que vienen después, como el tomate, el tabaco y el plátanoacaban por hacer de esta villa una de las más prósperas de la isla. Tazacorte va alzando el vuelo en lo económico, lo político y lo cultural, hasta el punto de ser conocido como ‘el París chiquito’. Pero había un problema, y ​​es que el pueblo continuaba sometido al caciquismo de la familia Sotomayor, de Los Llanos, que había frenado siempre su desarrollo. Eso fue lo que llevó a los bagañetes (tal es su gentilicio) a luchar por una voz propia.

Hacia la independencia

Después de años pidiendo desvincularse de Los Llanos para ser un municipio independiente, en 1911 llega el decreto que hace realidad el deseo: Alfonso XIII cede Tazacorte el título de ciudad, y el pueblo entero es una fiesta con petardos, fuegos artificiales y música en las calles. Sin embargo, los enemigos de esta emancipación eran poderosos, y algún hilo debieron de mover porque apenas unos días después llegaba una rectificación del gobierno, asegurando que la nueva ciudad no era Tazacorte, sino Tacoronte, en Tenerife.

La ira ante este paso atrás tuvo mucho que ver con lo que sucedería después. En 1925, hartos del ninguneo y del control de los retrógrados amos de Los Llanos, los bagañetes optan por declarar por su cuenta la independencia de Los Llanos y de España entera. De aquellos días nos queda lo que cantaba la población por las calles: «Con bicheros, palos y cañas / gritamos con voz de calibre: / ¡Viva Tazacorte libre / e independiente de España!». Se cuenta, incluso, que había hombres apostados con escopetas de caza en las “fronteras” para no dejar pasar a ningún extranjero.

Esta insólita independencia respecto al reino duró apenas tres días. Las autoridades no se lo tomaron una broma, de manera que dirigieron hasta este rincón de La Palma un buque de guerra. Y no fue solo para disuadir, sino que el buque disparó un obús que fue a parar al vecino pueblo de Argual. Esto bastó para frenar en seco la independencia de Tazacorte, cuyos habitantes corrieron a rendirse y declararse de nuevos españoles. Eso sí, gracias a este episodio, los bagañetes consiguieron por fin lo que realmente habían anhelado: erigirse en un municipio separado de Los Llanos de Aridane.

Tazacorte hoy, una maravilla de color

En la actualidad, Tazacorte es una de las poblaciones más cautivadoras de La Palma, tanto por las coloridas casas de la parte baja como por las vetustas casas solariegas de la parte alta, que se remontan al siglo XVI. La localidad vivió momentos críticos con la erupción del volcán que dejó incomunicado casi el 60% de su territorio y que sepultó una gran superficie bajo la lava. A día de hoy, la población bagañeta se va recuperando poco a poco del desastre, y el encanto de sus playas y sus colores sigue presente. Las playas de Tazacorte tienen el inconfundible color negro de las arenas volcánicas, el mismo que posee la tierra cercana bajo el manto verde de la frondosa vegetación.

Para conocer a fondo la vida en Tazacorte, es buena idea visitar el Museo del Plátano, el cultivo que ha impulsado a este pueblo y que es parte de la identidad de toda Canarias. Otros museos que valen la pena son el Museo Casa Dr. Morales y la Casa Massieu, esta última una oportunidad de lujo para viajar al pasado de la vida en la isla, con muebles y decoraciones de época.

Otro producto típico que tiene su propio espacio es el mojo, con un museo en el que descubrir la preparación tradicional de esta delicia local. Precisamente la gastronomía es uno de los atractivos indudables de este lugar.y en ella destaca el pescado, los polines (plátanos verdes guisados) o clásicos canarios como el mojo queso y las papas arrugadas.

Para conocer el entorno natural, existe una buena red de senderos que conectan con toda la isla, y que a menudo llevan a los caminantes entre plataneras para desembocar en fantásticos miradores en las alturas. La naturaleza aquí está muy bien preservada y permite ver las endémicas tabibabas o aves como cernícalos y canarios silvestres. La otra actividad estrella es el buceo deportivo, que nos acerca a una fauna marina riquísima, y ​​cada vez es más popular también el avistamiento de cetáceosque tiene en Tazacorte uno de los lugares privilegiados donde practicarlo.

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