La foto junto a la escultura de El oso y el madroño es uno de los recuerdos que todo visitante quiere llevarse de Madrid. Esa escultura es lo que busca la mirada al pisar por primera vez la Puerta del Sol.con permiso, por supuesto, del reloj de la Real Casa de Correos, bastante más visible. Y es también punto de encuentro de madrileños y de visitantes, en competición directa con el Kilómetro 0.
En todo ello no hay discusión posible ni opiniones encontradas. Pero desde hace un tiempo sí las hay en lo que se refiere al sexo de ese animal que es uno de los símbolos de la capital española. ¿Es oso o es osa? La polémica está servida y, como en tantas otras cosas, Hay versiones y teorías para todos los gustos..
De Madrid al cielo: la explicación de por qué es osa
El origen de este símbolo madrileño es incierto, pero se tiene constancia de él ya desde el siglo XIII. Viajamos a 1211. Se sabe que la milicia madrileña que combatió contra la taifa de Murcia bajo las órdenes de Alfonso VIII portaba estandartes con la figura de un oso con siete estrellas en su lomo. Y esos huestes combatieron un año más tarde con la misma enseña en una de las grandes batallas de la Reconquista: la de las Navas de Tolosa.
En ese primigenio escudo se basan las teorías que apuntan a que el animal de la discordia no es oso, sino osa. El argumento: que esas estrellas que lucía corresponden a las de una constelación, que según unas fuentes es la Osa Mayor, y según otras la Osa Menor. Pero ¿qué relación hay entre el animal, Madrid y el firmamento? Para entenderlo hay que retroceder un poco más en la historia, a los tiempos de la mayrit árabe.
Madrid era por aquel entonces una especie de capital astronómica. Sus calles vieron nacer en el siglo XI a uno de los astrónomos y matemáticos más reputados del Califato de Córdoba, Maslama al-Mayriti. También fue el lugar donde se fundó una de las escuelas de astronomía más importantes de al-Ándalus. Y ahí podría estar la semilla de ese símbolo madrileño, recordándonos de paso aquello de que «de madrid al cielo».
Pero este no es el único argumento que aducen quienes consideran que es osa la que se apoya en el madroño. Hay otra teoría que también nos obliga a mirar al cielo para encontrar la razón de que sea hembra y no macho. El viaje en el tiempo es algo más largo, nos lleva a la época prerromana. En aquel momento, lo que hoy es territorio madrileño formaba parte de la Carpetania. Carpeto en latín es «carro» y existe una constelación en la que este vehículo es tirado por dos osas: la constelación de Botas.
Cualquiera de las teorías explicaría la razón de que lo más apropiado sea hablar de La osa y el madroño. Pero ¿cuándo se produjo ese singular cambio? Evidentemente, no hay fecha, aunque las tesis lo sitúan ya en el siglo XIII y lo achacan a una decisión de autoridades eclesiásticas, militares y civiles.
Teorias que defienden que es oso
La ausencia de fuentes documentales y de certezas históricas hacen que sea muy difícil determinar con seguridad el sexo del animal que protagoniza el escudo de Madrid. Los más apegados a la tradición prefieren seguir hablando de El oso y el madroño. De hecho, cuando en 1967 el ayuntamiento de la capital española aprobado un nuevo escudo se hace referencia a «un oso empinante de sable (negro) y bordura de azur, cargada de siete estrellas de plata».
Pero también hay quien ha buscado referencias en el pasado para apoyar la teoría de que es oso. En este caso, se trata de una leyenda que habla de un gran oso que el rey Alfonso XI mató en los bosques madrileños. Tan impresionante era el animal, macho para más datos, que se ordenó incluirlo en el escudo de la ciudad. Y llegados a este punto hay que hacer una aclaración: en territorio madrileño hoy no hay osos, pero durante siglos los hubo.
La estatua de El oso y el madroño
Ajena a la polémica, la estatua de la Puerta del Sol es uno de los atractivos de la capital. Una estatua de bronce que se colocó en la plaza en 1967 y que en su corta historia ya ha pasado por varias ubicaciones. Por cierto, su autor, el escultor Antonio Navarro, Utilizado como modelo a un oso de la antigua Casa de Fieras del Retiro.. El animal no era madrileño, puesto que procedía de Asturiaspero sí era macho, y así se encargó de aclararlo el propio artista.
En cualquier caso, por si alguien siente curiosidad, el animal de la escultura de la Puerta del Sol no tiene atributos sexuales a la vista. Para unos, porque es osa. Para otros, porque el denso pelaje los esconde. Cada cual puede tener su opinión, pero si hay algo que no hay que olvidar en esta singular batalla es que no hay vencedores ni vencidos. No importa si es oso o es osa porque es y seguirá siendo el emblema de Madrid.
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Autor: Sonsoles Jiménez González
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