Las grandes catedrales de las capitales se llevan casi toda la fama, por lo demás muy merecida. Pero a veces es interesante investigar otras sedes episcopales que guardan en municipios más pequeños. El resultado puede ser descubierto. una catedral tan particular que parece algún vetusto baluarte defensivo.
La Catedral de Santa María, una elegante joya medieval
Para conocer esta obra tan destacada de la arquitectura religiosa medieval tenemos que acercarnos a tierras gallegas. Allí, en el sur de Pontevedrahaciendo ya frontera con Portugal, se encuentra la pequeña ciudad de Tuy, o Tui en gallegocapital de la comarca del Bajo Miño.
La Catedral de Santa María de Tui es el orgullo del municipio, y sede episcopal de la Diócesis de Tui-Vigo junto con la concatedral de vigo. Aprovechando una pequeña colina, alza majestuosa su mole de piedra, esa piedra gris teñida de historia que tanto caracteriza a Galicia.
Viaje a los orígenes del templo
Para encontrar las raíces de la catedral tudense tenemos que remontarnos nada menos que hasta el reino suevo, en la Gallaecia del siglo V. En aquella época remota hubo una basílica paleocristiana. La ciudad, entonces conocida como Castellum Tyde, era un importante núcleo comercial y residencia de poderosos personajes.
La importancia de Tui cristalizó en un espléndido proyecto catedralicio que comenzó a tomar forma a finales del siglo XIy parece probable que los constructores iniciales tomaron como modelo la Catedral de Santiago de Compostela, con tres naves y girola. Lo que es seguro es que la Catedral de Santa María de Tui inspiró a su vez a muchas otras iglesias de la zona.
¿Por qué ese aspecto fortificado?
Iniciar las obras del templo solo fue posible una vez hubo finalizado una convulsa época de invasiones en Tui, tanto de normandos como de sarracenos. La villa tenía gran importancia estratégica. por encontrarse en un cruce de caminos, de ahí que se dotara de fortificaciones y murallas. Parece como si la propia catedral se preparase para algún ataque.
El aspecto macizo de la construcción se debe a una base. románica que, eso sí, desplegó una gran riqueza de detalles en comparación con la arquitectura habitual de la época. Lo primero que recuerda a un castillo son las torreslas dos del transepto y los torreones en los pies, pero los detalles propios de un castillo llegaron en su mayoría a finales de la Edad Media.
En el siglo XV, Tui volvió a estar en el ojo del huracán a causa de varias guerras. Primero se agregó una torre defensiva en el ángulo suroeste, luego otra, la torre de San Andrés, e incluso una magnífica torre-palacio en la década de 1480. Las reformas de finales de ese mismo siglo profundizan en el curioso aspecto de fortaleza, después de los daños causados por la Revolución Irmandiña y las guerras nobiliarias y de sucesión.
Lo que hace única a la Catedral de Santa María de Tui
Más allá de su aspecto de fortín gótico, la Catedral de Tui es notable por varios atributos que la singularizan. El primero está en la propia entrada principal, y es que esa portada se considera el primer conjunto escultórico en estilo gótico de toda la penínsulaobra de canteros franceses.
La otra joya a destacar, también del siglo XIII, es el claustro. No solo sobresale por sus dimensiones, sino por ser. el único de su estilo que se conserva en una catedral gallega. También la torre-palacio ya mencionada, sobre la vieja Capilla de Santa Catalina, es uno de los pocos ejemplos de arquitectura gótica civil que se encuentran en Galicia.
Qué ver en Tui además de su catedral
La visita a la catedral, con los primores del claustro, la capilla de las reliquias y el gran retablo de la Expectación, se complementa con Fantásticas vistas del Miño. y todo el entorno, desde el jardín, la Torre de Soutomaior o incluso las cubiertas. Ahora bien, si no se conoce a Tui es momento de adentrarse en su riqueza patrimonial.
Las calles del centro histórico de Tuy mantienen esa atmósfera medieval que encontramos en la catedral, con calles estrechas y misteriosas. Se puede ver incluso una parte de la muralla, si nos dirigimos a los jardines de Troncoso. Tanto la zona alta como la baja conservan buenas muestras de edificios religiosos cautivadores, como las iglesias barrocas o los conventos.
Estando en Galicia, no puede faltar tampoco una degustación de sus delicias culinarias. Comer en Tui es garantía de excelente pescado y marisco, entre los que destacan las angulas (que tienen su propia fiesta), las nécoras y las vieiras. Tampoco faltan, claro está, clásicos gallegos como el pulpo a la gallega o el albariño de las Rías Baixas, todos ellos un colofón perfecto para este recorrido por la regia villa de Tui.
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Autor: Fran Agudo
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