Maravillas de Castellón que hay que ver al menos una vez en la vida

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Castellón es quizás la más desconocida de las tres provincias que forman la Comunidad Valenciana, a pesar de que atesora un buen número de tesoros. Recorrer su territorio es una aventura llena de sorpresas y de experiencias fabulosas. Esas playas interminables que visten su litoral son solo un aperitivo de lo que espera a lo largo y ancho la provincia. Espacios naturales únicos, pueblos medievales, arte, historia y aventura forman parte también la esencia y las maravillas de Castellón.

Castellón de la Plana, una ciudad con muchas sorpresas

Castellón de la Plana
Castellón de la Plana. | Shutterstock

Castellón de la Plana es una de esas capitales pequeñas donde la vida pasa despacio. Nada que ver con esas otras localidades turísticas que son el gran reclamo de la provincia. Paseando por sus calles se descubren tesoros como la Plaza Mayor, la barroca Lonja del Caño o la concatedral de Santa María. Al lado de esta alza el Fadrí, torre campanario que es el símbolo de la ciudad y que ofrece desde lo alto unas vistas espectaculares.

Hay que acercarse también al Grao, el barrio marinero de Castellón, para disfrutar de una de esas maravillas que se ven y se saborean: el arroz a banda. Como curiosidad, se llama así porque sus ingredientes se cocinan y presentan por separado. Por un lado se sirven los pescados y mariscos con los que se elabora el caldo y, por otro, el arroz que se cocina en él.

Pueblos de Castellón con mucha historia y con mucho arte

Peñíscola, una localidad de película

Peñíscola
Peñíscola. | Shutterstock

Sobre una península rocosa se alza un soberbio castillo, una de las fortalezas españolas más fotogénicas. A sus pies, rodeado por una robusta muralla, se extiende un laberinto de cajuelas blancas empinadas, fachadas y rincones donde espera alguna que otra sorpresa cuando el mar se muestra abrazado. es Peñíscolauna de las localidades con más encanto de Castellón.

Ese castillo templario guarda el recuerdo de Benedicto XIII, el controvertido papaluna. Aquí se mantuvo «en sus trece» y se hizo fuerte frente a quienes pretendían que renunciara a su pontificado. Escenario cinematográfico, desde las almenas de la fortaleza se contempla una fabulosa postal de la Playa Norteun interminable arenal de 5 kilómetros que es otra de las maravillas de Castellón que no hay que perderse.

Morella, tras los pasos del Cid

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Morella. | Shutterstock

En el corazón de la provincia y en medio de un paisaje montañoso, la silueta de morella impone desde la distancia. Un castillo construido en tres niveles domina el territorio., mientras que dos kilómetros de muralla abrazan el casco urbano. Atravesarlo y coronar la fortaleza es lo más parecido a hacer un viaje a la Edad Media. No en vano, este fue escenario de grandes batallas y en él aún resuenan los pasos del Cid Campeador.

Pero Morella conserva otros tesoros. Uno de ellos es la Iglesia Arciprestal de Santa María la Mayor, una magnífica muestra del gótico valenciano. Otro, menos conocido, es un conjunto de cuevas con pinturas incluidas en el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, reconocido como Patrimonio de la Humanidad.

El arte urbano de Fanzara

Fanzara es un museo al aire libre donde lo que se exhibe es una magnífica colección de murales. Hace años que sus fachadas se convirtieron en lienzos y hoy su Museo de Arte Urbano Inacabado (MIAU) es todo un referente en lo que a arte urbano se refiere. Y si es inacabado es porque el número de murales, que ya supera los 160, no para de crecer.

Pero si curioso es el museo, no menos lo es su origen. Este era un pueblo dividido por el proyecto de construcción de un vertedero, el cual nunca se materializó, y el arte fue la llave que ayudó a recuperar la convivencia perdida. Aunque consiguió mucho más: reconocimiento internacional para Fanzara.

Culla y su pasado medieval

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Cullá. | Shutterstock

En Castellón es muy fácil. seguir la huella de los templarios. Pero uno de los lugares más interesantes y con una historia más singular es el Castillo de Culla. Guarda un sinfín de misterios, como el enorme interés que manifestó esta orden por adquirir la fortaleza.

Una de las teorías apunta a que se debe solo a su carácter estratégico. Pero hay otra que mantiene una explicación bien diferente: que este es uno de los puntos que dibuja la cruz templaria sobre el mapa de España.

Del castillo solo quedan algunas ruinas, pero Culla mantiene su aspecto medieval., con sus calles empedradas, sus arcos o su iglesia parroquial. Y todo ello rodeado de la belleza paisajística y natural de otra de las maravillas de Castellón: el Alto Maestrazgo.

Maravillas naturales en la provincia de Castellón

El secreto de las Coves de Sant Josep

Las entrañas de la tierra en la Vall d’Uixo guardan un secreto muy especial. Adentrarse en las Coves de Sant Josep es una aventura que lleva a descubrir el río subterráneo navegable más largo de Europa. Un lugar magico donde las luces y el intenso color esmeralda de sus aguas Crean un espectáculo visual difícil de olvidar.

El río tiene un recorrido de 2750 metros, aunque solo se puede navegar por un tramo de 800 metros. Suficientes, sin embargo, para embriagarse de la belleza de un lugar en el que el agua ha esculpido con paciencia galerías y caprichosas formas que crean un escenario de ensueño.

Islas Columbretes, un paraíso subacuático

Islas Columbretes
Islas Columbretes. | Shutterstock

Una de las maravillas de Castellón está a 50 kilómetros de su costa. Las Islas Columbretes para el hombre un pequeño archipiélago de origen volcánico de una riqueza ambiental excepcional. Los romanos llamaron así a estas islas por las numerosas culebras que las poblaban y, aunque ya no queda rastro de ellas, sí es hogar de diferentes especies de aves.

Pero su gran tesoro no es lo que se aprecia a simple vista. El parque natural alberga una de las reservas marinas más singulares del Mediterráneo english. La inmersión en sus aguas permite admirar unos fondos marinos espectaculares por su biodiversidad y su geomorfología. Sin embargo, son ecosistemas muy frágiles, por lo que las visitas están muy controladas.

El desierto de Castellón

Desierto de las Palmas
Desierto de las Palmas. | Shutterstock

Castellón tiene un desierto, pero no es un lugar inhóspito. En Realidad, el Desierto de las Palmas es un espacio lleno de vida. ¿A qué se debe, entonces, su nombre? Desierto por los carmelitas descalzos, que levantaron en esta zona un convento y que llamaban así a sus lugares de retiro. Palmas porque aquí crece una especie de palmera autóctona de la península, los palmitos.

Esta maravilla se sitúa entre Castellón y Benicasim, en una zona montañosa de gran riqueza natural que se puede apreciar recorriendo cualquiera de sus senderos. Pero, además, desde sus miradores se aprecian unas vistas espectaculares de la franja costera que se extiende casi a sus pies.

El litoral salvaje de la Sierra de Irta

sierra de irta
Sierra de Irta. | Shutterstock

el Parque Natural de la Sierra de Irta es un pequeño paraíso. Es una franja del litoral de Castellón donde mar y montaña se confunden, uno de los paisajes escasos que permanecen vírgenes en la costa levantina. Aquí no hay playas kilométricas, pero sí pequeñas calas escondidas entre acantilados donde aún es posible descansar casi en soledad.

Antiguas torres vigía coronan algunos de esos acantilados que se asoman al Mediterráneo, el único que se atreve a romper el silencio en este lugar. Pero aquí no todo es agua salada. Una de sus peculiaridades reside en los manantiales de agua dulce que brotan casi en la misma orilla del mar. Un espacio único entre dos de las localidades más renombradas y populosas de Castellón: Peñíscola y Alcossebre.

Las aguas termales de la Fuente de los Baños

Fuente de los Baños
Fuente de los Baños. | Shutterstock

En el corazón de la sierra de espadán brota un manantial de aguas cristalinas rodeado de un paisaje idílico. Es un lugar donde el agua se mantiene a 25 grados en invierno y en verano y que además tiene propiedades terapéuticas. Esa pequeña maravilla es la Fuente de los Baños de Montanejos.

Un escenario como este no podía ser ajeno a las leyendas. De hecho, se dice que el rey almohade Abú Zayd hizo construir en Montanejos unos baños árabes para que las mujeres de su harén se mantuvieran siempre bellas.. Los restos del antiguo balneario aún pueden contemplarse junto al río, así como la fuente que da nombre a este lugar y que hace referencia a esta leyenda.

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Autor: Sonsoles Jiménez González
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