Cada vez más gente muestra interés por visitar San Sebastián, también llamada Donostia en euskera. Entre otras cosas, el hecho de que en 2016 obtuviese el título de Capital Europea de la Cultura ha contribuido a convertirla en un destino turístico popular. Así, miles de viajeros han caído presa de su hechizo a lo largo del tiempo. Pero ¿qué es lo que la hace tan especial?
Revelando la esencia de Donostia
Para empezar, las calles de esta ciudad costera están repletas de detalles. Edificios señoriales con tallas delicadas, esculturas contemporáneas, farolas elegantes cuyos destellos se reflejan en el río Urumea cuando cae la noche…
Si preguntamos por las imágenes más emblemáticas de San Sebastiánla mayoría de la gente nos hablará del cobrizo Peine del viento, que desenreda la furia del océano, o del peculiar Kursaal, alzándose con forma de cubo sobre la playa de Zurriola. Tampoco podemos olvidar la barandilla blanca que enmarca la playa de La Concha, o su respectiva bahía coronada por la Isla de Santa Clara.
No obstante, las personas que quieran sumergirse de lleno en Donostia buscarán indagar un poco más en sus recovecos. Precisamente por eso, en las próximas líneas caminaremos más allá de los lugares más conocidos y turísticos de la ciudad. Esto es lo que los locales recomiendan hacer y visitar en San Sebastián..
Cómo visitar San Sebastián como un local
A simple vista, puede parecer que la capital guipuzcoana no es tan grande como otras, y por ende poco hay que explorar además de sus playas y bares de pintxos. Pero nada más lejos de la realidad. Incluso la gente que vive en Donostia sigue descubriendo nuevos recodos., disfrutando de diferentes sabores en restaurantes escondidos y sorprendiéndose ante una oferta cultural que está siempre en movimiento. Es probable que algunos habitantes no hayan visitado todos los lugares que exploraremos a continuación.
Paladear el sabor auténtico de Donostia
La presencia de turistas ha hecho que comer. pintxos en la Parte Vieja no solo se haya encarecido, sino que también haya perdido algo de encanto y exclusividad. Esto no quiere decir que los locales renuncien a ello, simplemente está más masificado que antes. Si prefieres disfrutar de un ambiente más costumbrista y comer lo que la gente de San Sebastián venga en su día a día, encontrarás un gran número de bares en zonas como Gros, Egia o el Antiguo que también ofrecen productos de buena calidad y por precios menos inflados.
En este último barrio, recomendamos los bocadillos de tortilla de patatas del Bar Campus Ondarreta. Gracias a su cercanía con la universidad, en él podemos disfrutar de comida barata y deliciosa, ideal para estudiantes.
La zona de Egia, más céntrica, es perfecta para sumergirse en la atmósfera local de la ciudad. Muy cerca de la Estación del Norte, subiendo una cuesta y girando a la izquierda, encontramos el restaurante Garraxi Taberna. La gente del barrio conoce este lugar escondido, que suele estar hasta los topes y es perfecto para organizar una comida o simplemente tomar algo. Su carta se compone de comida casera, típica y vegetariana para todos los gustos.
El mercado de La Bretxa, en funcionamiento desde 1870, es un buen lugar para encontrar productos frescos y puestos tradicionales. No obstante, hoy recomendamos otro que es menos conocido: el Mercado San Martín. Este se construyó por última vez en 1884 y, además de toda clase de productos locales, también ofrece Opciones de picoteo y música en directo..
Cultura escondida en la capital de Gipuzkoa
El Museo San Telmo a las faldas del monte Urgull es un conocido epicentro de la cultura que merece la pena visitar en San Sebastián. También hay reconocidos teatros como el Victoria Eugenia, cuya arquitectura neorrenacentista destaca frente al río Urumea. Sin embargo, hoy dirigimos las miradas a espacios culturales más recónditos que probablemente mucha gente no conocerá. Por ejemplo, una puerta con unas escaleras en la calle Egia nos guiará a La Farándula Microteatro, un local que combina teatro, arte y gastronomía a través de sus salas y su bar-restaurante.
Si bien es cierto que la Tabakalera ha ganado popularidad con los años tras su renovación, ofrece mucho más que vistas bonitas y servicios gastronómicos. Por ejemplo, la planta baja acoge exposiciones gratuitas muy interesantes. Merece la pena acercarse y empaparse de arte por sorpresa. En este edificio también se organizan proyecciones y talleres de todo tipo, además de contar con Medialab, un espacio creativo con herramientas tecnológicas y medios para experimentar y desarrollar proyectos.
Koldo Mitxelena Kulturunea, un centro cultural de la Diputación Foral de Gipuzkoa, tampoco es especialmente conocido y tiene mucho que ofrecer. Además de la belleza del edificio y su biblioteca de renombre, dispone de una sala de exposiciones y un espacio multiusos llamado Ganbara, donde tienen lugar actividades culturales y artísticas.
Pinceladas verdes en el corazón de la ciudad.
Las playas de Donostia suelen atraer la atención de los visitantes, pero esta ciudad también presume de escenarios verdes que no nos podemos perder. Es imprescindible citarse con Urgull, una pequeña montaña junto al mar que, a pesar de tener cuestas, es perfecto para pasear entre árboles y ruinas de piedra.
Una vez visitado este lugar que resalta en el escenario donostiarra, merece la pena entregarse al encanto de algunos parques menos conocidos. El parque de Cristina Enea, que nos espera cerca del río y la estación de trenes y autobuses, no suele estar muy concurrido y esconde rincones idílicos para observar la naturaleza y descansar.
Al otro lado del Urumea encontramos el parque de Aiete, menos conocido pero no por ello menos interesante. En este lugar escondido, el palacio y los jardines de Aiete mezclan arquitectura elegante, estanques con cisnes y vegetación vibrante en un conjunto en el que se respira la sensibilidad artística del romanticismo.
Cañas con vistas y rutas en San Sebastián
Tras este recorrido por algunas gemas que pasan desapercibidas en el movimiento de una ciudad en constante cambio, nos dejaremos guiar por nuestros pasos para explorar los alrededores de San Sebastián. Para empezar, estaría bien Observa la ciudad a vista de pájaro con una bebida fresca en la mano..
Uno de los lugares favoritos de los locales, que suene quedarse sin sillas cuando hace buen tiempo, es Urgulleko Polboriña. Este bar en la cumbre de Urgull ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad y la bahía.. Buena música, una visión privilegiada del mar y la isla, el cielo abierto desde las alturas… No hay lugar mejor para descansar después de explorar los caminos y escaleras de piedra que serpean por una montaña llena de historia.
Daremos un paso atrás para llegar a un punto desde el que podemos apreciar una vista de postal de la ciudad en su totalidad. El Monte Ulía, en el flanco derecho de San Sebastián, pinta un bonito paisaje verde junto al mar, surcado por rutas, ruinas que se funden con el paisaje y miradores espectaculares. Para los que tengan los pies cansados pero quieran disfrutar de las vistas igualmente, también es posible acceder en coche. Este paseo de gran belleza natural puede culminar en la terraza del albergue de Ulía, con una visión panorámica inmejorable de Donostia y sus alrededores.
Nos queda un rato más en la montaña para disfrutar del entorno y recomendarte una ruta que conecta Ulía con Pasaia. Sus senderos bordean la línea del mar siguiendo una ondulante silueta montañosa, aunque el recorrido no es difícil y se puede realizar en pocas horas, con la opción de seguir un curso circular. También se conoce como la ruta del Faro de la Plataya que además de contar con preciosos miradores, discurre junto a un majestuoso faro blanco que se eleva entre los árboles.
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Autor: Nahia Pérez de San Román
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