Hola, amigos y amigas. Hoy os quiero contar cómo he pasado uno de los mejores días de mi vida, lejos del calor sofocante de la ciudad y rodeado de naturaleza y buena gente. ¿Sabéis dónde he estado? Pues nada más y nada menos que en Castro Caldelas, un pueblo precioso de Orense, donde se respira paz y tranquilidad. Allí he podido disfrutar de una cerveza fresquita en una terraza, mientras charlaba con mis amigos y me reía de sus ocurrencias. Ha sido un momento mágico, de esos que te hacen sentir vivo y agradecido. Os recomiendo que visitéis este lugar si tenéis la oportunidad, porque os va a encantar. Y si podéis, id en verano, cuando el sol brilla y el aire es fresco. No hay nada como escapar de las olas de calor y relajarse en un entorno natural y acogedor. Eso sí, no os olvidéis de la buena compañía, que es lo que hace que todo sea más especial. Espero que os haya gustado mi relato y que os animéis a conocer Castro Caldelas. ¡Hasta la próximal
Texto: Alejandro Manrique