El castillo entre bosques que Dalí quiso comprar

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Desde lo alto de una colina ubicada en la Serra de l’Albera, en Gerona, vigila el entorno una fortaleza de aspecto imponente. El paso del tiempo y el abandono al que se ve sometida han hecho crecer las malas hierbas en sus instalaciones. Este improvisado verdor se integra a la perfección con los valles que rodean al castillo, pertenecientes a su vez al término municipal de La Junquera, colindante con la frontera francesa. Esta fortaleza recibe el nombre de Requesens y fue construida a finales del siglo X. Desde entonces, la propiedad ha pasado por muchas manos y más de una remodelación.

Los vaivenes de un castillo muy codiciado

Vistas del castillo de Requesens
Camino al castillo Requesens, al que se puede ir andando desde Cantallops, Requesens o desde cerca de Font del Ferro. | Shutterstock

En un primer momento, el castillo se construyó como consecuencia de las disputas permanentes entre los condados de Empúries (Ampurias en castellano) y Roselló (Rossellón en castellano). Gausfredo II de Rosselló inauguró el castillo de Requesens en una propiedad interna en el condado de Peralada, que pertenecía a su vez a su primo, conde de Empúries. Este hecho ocurrió una serie de conflictos que se alargaron durante siglos hasta que en el siglo XII el rey alfonso ii renunció a la fortaleza en favor de los condes de Empúries.

Desde este momento, la propiedad cambió de manos en numerosas ocasiones e incluso sufrió un par de asaltos a manos de los franceses, uno de ellos fructuoso a la par que fugaz. Ya en el siglo XV, Requesens pasó a formar parte de los vizcondes de Rocabertí, quienes mantendrían su posesión hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, durante la mayoría de estos siglos la fortaleza permaneció abandonada. Concretamente, a partir del siglo XVI, cuando perdió su valor estratégico con la aparición de la artillería.

El castillo Requesens, una fortaleza entre el abandono y el recuerdo

Castillo Requesens
Castillo Requesens. | Shutterstock

A finales del siglo XIX, su entonces propietario Tomás de Rocabertí, conde de Peralada, decidió reconvertir el castillo en una residencia de verano. Por entonces, poco quedaba en pie de la fortaleza original. El arquitecto Alexandre Comalat hizo, sin embargo, un buen trabajo y consiguió volver a erguir el castillo. Pero Tomás de Rocabertí murió antes de poder ver cumplido su deseo. Su hermana, Joana Adelaida, heredó la fortaleza y prosiguió con las obras. El 24 de junio de 1899. una fiesta puso punto y final a la reconstrucción de Requesens. Sin embargo, ella también murió apenas cinco días después del acontecimiento. Desde entonces, el castillo volvió a pasar una y otra vez de unas manos a otras.

Con el estallido de la Guerra Civil Española, el castillo fue saqueado por miembros de la CNT. Después, una vez finalizada la contienda, un destacamento militar franquista encargado de combatir a los maquis ocupados las instalaciones. Esos años, los militares habilitaron unas cocinas y un hospital. Desde 1955 hasta la actualidad, la propiedad está en manos de una empresa industrial. No obstante, Requesens ha sido objeto de expolios y saqueos desde entonces, hasta que en 2014 se emprendió una serie de actividades con la intención de recuperar la dignidad del castillo. Por cierto, Dalí también intentó hacerse con el edificio antes de adquirir el castillo de púbol.

Qué ver en el castillo de Requesens

Castillo Requesens
Castillo Requesens. | Shutterstock

En la actualidad, la fortaleza presenta un estado bastante demacrado debido a todo lo expuesto. Sin embargo, sus instalaciones aún evocan lo que el edificio pudo ser y siguen ofreciendo una espectacular estampa que ha pasado a formar parte del paisaje mismo.

Solicita constancia de tres recintos fortificados, salpicados de torres, portales y almenas. En la parte inferior destaca la capilla dedicada a la Virgen de la Providencia. Para su reconstrucción se aprovecharon algunos de los elementos románicos de otros edificios de la zona. Por otro lado, en algunas de las rejas del recinto, es clara la inspiración en la catedral de barcelona. Asimismo, es en esta zona donde se habilitarán las cocinas y el hospital construidos en la posguerra.

El recinto noble o superior es en el que aún se conservan algunos motivos del castillo medieval. La puerta de acceso de entonces ha sido reconvertida en una ventana y también destaca la conocida como torre vieja, de planta cuadrada. El punto más elevado del complejo lo constituye una torre de atalaya redonda. Asimismo, el patio ubicado en el primer recinto, las decoraciones vegetales y los espacios ajardinados son detalles característicos del siglo XIX, cuando Tomás de Rocabertí inició la remodelación.

También puedes leer este artículo en inglés y francés.

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Autor: Eva Gruss
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