La capital abulense, rodeada por sus colosales murallas, es una alegría llena de visitas interesantes, pero hay mucho que visitar en Ávila más allá de la «ciudad de cantos y de santos». La cercanía de Gredos y de otras villas de historia esplendorosa hace que los aviones nunca se acaben en este rincón de la geografía española que ofrece una infinidad de escapadas increíbles.
Aviones en los alrededores de Ávila para todos los gustos
Ávila es la provincia con mayor altitud media de España y eso se nota en un clima con fama de duro. Pero también es sinónimo de montañas magníficas y naturaleza muy bien conservada. El paisaje es más variado de lo que parece, y la personalidad de sus pueblos también adopta muchos matices distintos. Por todo ello, los planos en Ávila mezclan paisaje, patrimonio, historia y muchos otros encantos.
Los Toros de Guisando, guardianes del pasado
Antes de la llegada de los romanos, la actual provincia de Ávila estaba habitada por los vetones, un misterioso pueblo que nos dejó una gran cantidad de esculturas zoomorfas repartidas por toda la zona. Estas esculturas son los llamados verracos, Figuras que representan animales como toros y cerdos.pero cuya función no se conoce bien.
De entre todas estas esculturas, las más espectaculares son sin duda los Toros de Guisando, erguidos todavía hoy en un paraje a menos de una hora de Ávila ciudad, cerca ya del límite con Madrid. Hijo cuatro impresionantes toros de granito de la Edad del Hierro, de más de dos metros y medio de largo cada uno, alineados mirando hacia el occidente. ¿Tuvieron alguna función mágica o ritual? ¿Eran protectores de los rebaños? Hay muchos interrogantes aún, pero su sola presencia bien vale una visita. Otra curiosidad es que en este lugar se firmó el tratado que reconocía como heredera al trono a la futura reina. Isabel I de Castilla en 1468.
Cerro Gallinero, arte y naturaleza
Uno de los lugares más originales de Ávila, y que es además excelente para visitar con niños, es el museo al aire libre de este promontorio situado al norte de Hoyocasero, un pequeño pueblo a menos de una hora de la ciudad. Las vistas abarcan la cuenca del Río Alberche y buena parte de la sierra, pero lo más llamativa es la colección artística repartida por la zona y muy bien integrada en el paisaje.
Especialmente los pequeños de la casa disfrutan. explorando y tocando las sorprendentes obras que surgen a su paso, hasta un total de 27. Además de la experiencia de ir descubriendo piezas artísticas dentro de este entorno singular, en el Cerro Gallinero se realizan también con cierta frecuencia tanto visitas guiadas como talleres y eventos, entre los que destacan los recitales de poesía una hora antes del ocaso. Quien decida pasar unos días en este rincón mágico también puede visitar otros puntos destacados como los pinares de Hoyocasero o subir a Navasolana o al Alto de Nubecillo, a poca distancia.
Gredos, el techo de Castilla
Fue Miguel de Unamuno quien se refirió al macizo de Gredos como «techo de Castilla y corazón pétreo de España», y es que en esa sierra se concentran los picos más respetables de la comunidadpero también un valor simbólico para toda España.
el Parque Sierra de Gredos engloba un vasto terreno montañoso en el suroeste de la provincia, a una hora en coche de la capital. Es un entorno inmejorable para el turismo activoestafa actividades como el senderismo, la escalada o la bicicleta de montañaincluso la equitación y el vuelo en parapente o ala delta.
Los aficionados a la montaña tienen en Gredos un paraíso inacabable, que guarda además un valioso tesoro en forma de lagunas como las del Barco, la Galana o la Laguna Grande. Otro de los puntos más espectaculares del parque es el Circo de Gredos, un mirador increíble que incluye el legendario Pico Almanzor, el más alto del Sistema Central y los glaciares alrededor. Con algo de suerte, podemos toparnos también con la presencia de una cabra montés de las que viven en la zona.
Las Cogotas, agua e historia.
Una de las excursiones más cercanas, a apenas 15 minutos de Ávila, es la visita al Embalse de Las Cogotas, donde el Río Adaja se ensancha hasta formar un pequeño mar que contrasta con la severidad del paisaje alrededor. Es un lugar perfecto para ampliar la vista y dejar a las mascotas que exploren, pero además tiene muy cerca restos históricos de gran valor. En el término municipal de Cardeñosa encontramos el Castro de Las Cogotas, un yacimiento en un cerro fortificado que nos acerca de nuevo a los vetones y su vida entre los siglos VI y II antes de Cristo. Ahí se puede rastrear el origen remoto de la artesanía de la cerámica en Ávila, un arte milenario que ha pervivido hasta hoy.
Piedrahita y El Barco de Ávila
Estas dos localidades se cuentan entre los pueblos más bonitos de Ávila, y la cercanía entre ambos, unos 20 kilómetros, los hace ideales para una escapada conjunta de un fin de semana o más días. Piedrahíta está a 65 kilómetros de la capital provincial y es una villa famosa por haber tenido habitantes tan ilustres como los Duques de Alba, Francisco de Goya o el poeta Gabriel y Galán. Además de su sobresaliente patrimonio, entre el que destaca el Palacio del Duque de Alba junto a otra arquitectura noble y religiosa de primer orden, Piedrahíta ofrece excelentes posibilidades para el turismo activo. En concreto, es un pueblo muy apreciado entre los amantes del ala delta y el parapente, gracias a su orografía.
El Barco de Ávilapor su parte, es otra de esas villas abulenses en que la riqueza de la historia ha legado monumentos impresionantes como el Castillo de Valdecorneja o el puente viejo. El pasado medieval ha dejado una fuerte impronta en este pueblo, que conserva también parte de su muralla y varias casas nobles blasonadas. Como broche de oro, nada mejor que degustar unos judiones del Barco con oreja y manita de cerdo.
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Autor: Fran Agudo
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