Es la ciudad soñada, la más romántica de Andalucía. Ronda Se enamoró de Hemingway, de Orson Welles y de Merimèe. Es solo un ejemplo del poderoso embrujo que esta ciudad andaluza ejerce en todo aquel que la visita. La lista de sus atractivos es casi interminable y, sin embargo, hay escapadas cerca de Ronda que prometen experiencias diferentes, sorprendentes y enriquecedoras que también merecen la pena disfrutar. Todo ello una hora de camino ya veces bastante menos.
Escapadas desde Ronda que no hay que perderse
Una ruta por los pueblos blancos de Cádiz
La Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz es una de las más fascinantes de Andalucía. Son localidades que en unos casos se asoman al paisaje encaramadas a escarpes rocososy que en otros parecen querer fundirse con la roca o cuyas fachadas encaladas son como un faro en medio del paisaje verde de la Sierra de Grazalema.
Olvera, Setenil de las Bodegas, zahara de la sierra y así hasta 19 pueblos forman la ruta. Cada uno de ellos es diferente, pero comparten lo más auténtico de la esencia andalusí, esa que se respira en sus callesjuelas y se adivina en rincones que son pura fotogenia. Elegir solo uno sería injusto para los demás. Baste decir que buena parte de ellos está a menos de tres cuartos de hora de Ronda, lo que hace muy fácil visitar varios en una sola jornada.
Un bosque mágico en el Valle del Genal
Ronda es una ciudad cautivadora en cualquier época del año, pero si la visita coincide con el otoño, hay un lugar que ofrece en esas fechas su cara más hermosa. Es el Valle del Genal, que desde mediados de noviembre comienza a teñirse de amarillos, naranjas y ocres. Son los colores de los castaños que lo pueblan y que crean postales de auténtica fantasía.
Lo habitual es que el tiempo lo acompañe, así que recorrer alguno de los senderos de ese Bosque de Cobre es una forma fantástica de disfrutar de un paseo por la naturaleza de lo más relajado. Una de las puertas de entrada es la localidad de Pujerra.. Allí la recolección de la castaña se vive por todo lo alto con una fiesta que es una excusa perfecta para degustar delicias que tienen a este fruto como ingrediente.
El pasado romano de Málaga: Acinipo
El tiempo parece haberse helado en una imponente meseta elevada a 20 kilómetros de Ronda. Es ahí donde se alza uno de los teatros romanos mejores conservados de la antigua Hispania. En el graderío que se excavó aprovechado la pendiente del terreno y en la imponente escena aún parecen resonar ecos de comedias, de fábulas y tragedias.
No es lo único que se puede contemplar en Acinipo. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz restos de las antiguas termas, de algunas viviendas de la época y otras evidencias de que en estos terrenos ya se habían asentado otros pueblos mucho antes que los romanos. Es por ello uno de los yacimientos romanos de andalucía más destacados, aunque hay otro motivo para visitarlo: las espectaculares vistas que se aprecian desde él.
Espeleología en la Cueva del Gato
La Cueva del Gato da acceso a un mundo subterráneo increíble. Una sucesión de galerías, simas, lagos y salas. de altura descomunal creadas por la erosión del agua forman el complejo Hundidero-Gato, el más importante de Andalucía. Es por ello una de las escapadas desde Ronda que no pueden faltar en la agenda de cualquier aficionado a la espeleología, aunque es necesario estar federado para realizar la travesía.
El atractivo de la cueva no está solo en su interior. Aquellos espíritus menos aventureros pueden recrearse con la belleza del entorno en el que se encuentra, ya dentro del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Si el calor aprieta, nada como darse cuenta de un chapuzón en la poza de aguas cristalinas que se forma a la entrada de la cueva. Aguas, por cierto, tan limpias como frías.
Genalguacil, arte en la Serranía de Ronda
Decir que Genalguacil es un pueblo-museo no es exagerado si tenemos en cuenta que en él conviven 400 vecinos con las más de 200 obras de arte que se exponen en sus calles. Y quien dice llama dice fachadas, miradores, fuentes y hasta tejados. Aquí no tienen cabida las prisas porque es difícil dar un paso sin toparse con una sorpresa que obliga a detenerse en el camino.
Genalguacil representa la mezcla perfecta del encanto de los pueblos blancos mas bonitos de andalucía, la magia de la Serranía de Ronda y lo más selecto del panorama artístico. Su colección, de hecho, sigue creciendo gracias a unos Encuentros de Arte que nacieron hace ya 30 años y se siguen celebrando con carácter bianual. Así que, de un modo u otro, es uno de los aviones desde Ronda que un buen amante de las Bellas Artes no debe perderse.
Senderismo en el Caminito del Rey
Recorrer tres kilómetros de pasarelas suspendidas en el vacío, asomarse desde ellas a precipicios que parecen no tener fondo y cruzar puentes colgantes es una experiencia de auténtico vértigo. Pero si la recompensa es descubre uno de los paisajes más abruptos y salvajes de Málagaolvidarse del miedo merece la pena.
el Caminito del Rey es uno de esos senderos que no se olvidan fácilmente, por esa sensación de vértigo y por la belleza del Desfiladero de los Gaitanes por el que discurre. Un camino que se construyó para el mantenimiento de una central hidroeléctrica hace ya más de 100 años y que llegó a ser uno de los más peligrosos de España. Dejó de serlo hace unos años tras obras de mejora y hoy es uno de los planos desde Ronda casi imprescindibles para cualquiera que quiera disfrutar de una experiencia diferente.
Un día de playa en Marbella
Con una temperatura media de 23 °C y 300 días de sol al año, la costa malagueña es una auténtica tentación. Una de las localidades con playa más cercanas a Ronda es la glamurosa marbellaperfecto para disfrutar de un día de lo más relajado a la orilla del mar.
No hay que quedarse ahí, pues Marbella conserva un encantador casco histórico que recuerda al pueblo de pescadores que un día fue. Por supuesto, hay que probar el pescaíto frito, dar una vuelta por Puerto Banús y, si apetece, jugar un partido de golf en alguno de los fantásticos campos que tiene la localidad.
Júzcar, cine y gastronomía
No es un pueblo blanco, sino una aldea azul. El motivo es que hace algunos años desembarcaron aquí los Pitufos para promocionar su película y todo el pueblo se tiñó para la ocasión. Aquellos duendes se marcharon, pero en Júzcar quedó su peculiar color. También quedó su recuerdo en forma de murales y figuras enormes que recuerdan a Papa Pitufo, Pitufina o Gárgamel y que hacen las delicias de niños y personas nostálgicas.
Esos seres simpáticos viven en hongos, y tal vez eligieron Júzcar porque este pueblo es famoso por sus setas, una delicia que aquí se puede disfrutar de muchas formas. La primera y más evidente es a través de su gastronomía. La segunda exige algo más de esfuerzo, ya que se trata de salir al campo a recolectar cuando llega la temporada de setas. Unas jornadas micológicas y un museo dedicado a esos pequeños y sabrosos tesoros culinarios completan una oferta de lo más tentadora a solo media hora de Ronda.
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Autor: Sonsoles Jiménez González
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