Los 10 pueblos más pequeños de España

La cuestión de la despoblación en España se ha ido revelando en las últimas décadas en todo su dramatismo, con extensas áreas del país que poseen menor densidad de habitantes que la mismísima Laponia. A pesar de la adversidad que supone la falta de vecinos en muchos pueblos, estos municipios resisten y son un ejemplo de tenacidad, además de esconder en muchos casos tesoros que no deben pasar al olvido. Estos son los pueblos más pequeños de España y sus grandes historias.

Tras la pista de los pueblos más pequeños de España

Poco importa la extensión de un término municipal, ni siquiera la población que hubiera animada sus calles en el pasado. A día de hoy, los municipios con menos habitantes de toda España son estos que vamos a enumerar, y para conocer esta realidad lo mejor es acudir a los datos del Instituto Nacional de Estadística. Veamos cuáles son estos pueblos al borde de la desaparición, ordenados de mayor a menor número de habitantes.

10. Castilnuevo

Este diminuto municipio se originó alrededor del Castillo de Castilnuevo, una interesante casa fortificada que aún sigue en pie. El crecimiento hizo que se construyera en el siglo XII la otra joya del pueblo, la Iglesia de la Virgen del Valle, pero en las últimas décadas la población no ha remontado, y es actualmente de solo ocho personas. Situado cerca de Molina de Aragón, en el este de Guadalajara, lo atraviesa el sendero GR-160, el mítico Camino del Cid.

9. Valtablado del Río

Ubicado también en Guadalajara, Valtablado del Río tiene la gran suerte de formar parte del Parque Natural del Alto Tajo, una maravilla de bosques, agua e impresionante orografía. A pesar de los más de 100 habitantes con que contaba en el siglo XIX, hoy son solo ocho, y hace más de treinta años que no supera la veintena.

8. Navajun

En la comarca riojana de Cervera del Río Alhama se encuentra Navajún, en una zona montañosa muy próxima al límite con Soria. Trocitos de Navajún han cruzado literalmente fronteras hasta llegar, por ejemplo, al Museo de Historia Natural de Londres. El motivo es que este pueblo de ocho vecinos es muy conocido por sus minas de piritas, explotadas por lo vistoso de este mineral ornamental. A pesar de eso, en los últimos tiempos la principal actividad económica ha sido la ganadería lanar.

7. Torremontalbo

Seguimos en Rioja y en el límite de los ocho habitantes. Torremontalbo no está lejos de Logroño, ni de afamadas villas vinícolas como Briones, y de hecho la vid ha sido su cultivo más destacado. El pasado distinguido de este pueblo se puede observar aún en la abundancia de palacios y casas señorialespero a día de hoy la supervivencia supone un reto considerable.

6. Valdeprado

Muy cerca de Navajún, pero en el lado soriano, se encuentra Valdeprado, otro minúsculo municipio de solo ocho habitantes, pero que ofrece vistas y paisajes sin iguales. Valdeprado, de hecho, incluye otro municipio más pequeño aúnCastillejo de San Pedro, en las faldas de la Sierra de Cabezas.

Aunque ya ni siquiera funcionaran los molinos que antaño molían aquí el trigo, lo cierto es que hace un siglo la población rebasaba los 400 habitantes. Las Tierras Altas de Soria en general, con unos 2 habitantes por kilómetro cuadrado, son uno de los lugares más despoblados de toda España.

5. Villanueva de Gormaz

La Comunidad de Villa y Tierra de Gormaz es un territorio de resonancias épicas, antigua frontera entre reinos cristianos y dominios islámicos. Así lo atestiguan las atalayas que quedan de aquel tiempo o el Castillo de Gormaz, una magnífica fortaleza califal. Villanueva de Gormaz hace años que no pasa de diez habitantes, y en la actualidad son ocho. Llama la atención de este pueblo su pasado vinícola, del que dan fe los lagares y las bodegas excavadas en el subsuelo.

4. Angón

Volvemos a Guadalajara para descubrir Angón, cuyos siete habitantes viven en un espléndido entorno natural, y que hacen del pueblo un atractivo destino de turismo rural. Los alrededores de Angón permiten contemplar desde un cerro el arroyo, o realizar deliciosas excursiones hasta los cerros volcánicos de La Miñosa, la reserva fluvial del río Pelagallinas o el Parque Natural Barranco del Río Dulcesin olvidar la cercanía de la siempre imponente villa de Sigüenza.

3. Torremochuela

Torremochuela es otro municipio de la provincia de Guadalajara que lucha por salir adelante, pero que actualmente solo cuenta con seis personas censadas. El nombre del municipio, como el de muchos otros de la zona, retrotrae a los baluartes defensivos de los tiempos en que se intentaba repoblar. molina de aragon.

Esta comarca, a la que también pertenece Castilnuevo, es de las más afectadas por la despoblación, y eso a pesar de los numerosos encantos que encierra, tanto históricos como naturales. Desde los paseos por los sabinares hasta la recolección de setas o los fines de semana en la nieve.pueblos como Torremochuela guardan a ser redescubiertos.

2. Villarroya

No lejos de Arnedo, en la zona suroriental de La Rioja, los cuatro habitantes de Villarroya son los únicos que quedan de un pueblo que destacó por sus minas de carbón y por grandes excavaciones arqueológicas que arrojaron restos destacables del Pleistoceno.

El cierre de las minas en 1967 fue el principio del fin, pero en la actualidad es posible disfrutar de rutas senderistas como la de las abejeras o la de los corrales, entre otras, así como la fotogénica Iglesia de San Juan Bautista. Por lo demás, el pueblo se ha hecho famoso por la rapidez con que cumplen en los comicios electorales.

1. Illán de Vacas

Illán de Vacas ha ganado notoriedad en los últimos años por el agridulce récord de ser el pueblo con menos habitantes de españa, con solo tres vecinos. Situado en Toledo, el propio nombre del municipio recoge la variedad cultural de estas tierras, uniendo un nombre latino con otro árabe.

Pese a contar con más de 200 habitantes en algunos períodos del siglo XIX, Illán de Vacas llegó a despoblarse en 1991, y desde entonces ha permanecido como una curiosidad demográfica. Algo tuvo que ver la desaparición de la estación, de llamativo estilo neomudéjar, de la que no queda nada. Caminar por su calle principal, que no está ni siquiera pavimentada, es recorrer el epicentro de la España despoblada. Un paseo agridulce que permite reflexionar acerca de la situación de los pueblos que se resisten al abandono.

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