Tres rutas para conocer la sierra de Guadarrama de Madrid

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La sierra de Guadarrama, dividida entre la Comunidad de Madrid y Segovia, es uno de los espacios naturales que configura el Sistema Central, cordillera montañosa que atraviesa el centro de la península ibérica. En su interior conviven más de 1000 especies vegetales y al menos 255 de animales. Entre ellas, la cabra montesa, el águila imperial o las nutrias. Sus paisajes están configurados por formaciones geológicas de gran importancia. Algunos ejemplos son el berrocal de La Pedriza o el Macizo de Peñalara, donde se ubica la cima más alta de la sierra.

Pero no acaban aquí los atractivos de la sierra de guadarrama porque el ser humano ha erigido en ella edificios de la talla del Monasterio de El Escorial, el Monasterio de Santa María de El Paular, el Palacio de La Granja o el castillo de Manzanares. Obviamente, en un territorio tan extenso y con tantos sitios de interés, los itinerarios de senderismo son abundantes. Estas son tres de las rutas imprescindibles de la sierra de Guadarrama.

Rutas de Guadarrama que no te puedes perder

El ascenso al pico de Peñalara

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Pico de Peñalara. | Shutterstock

el Macizo de Peñalara es, como hemos señalado, una de las formaciones más relevantes de esta parte de la sierra de Madrid. Por tanto, es lógico que una de las rutas conduzca a él. Su importancia radica, principalmente, en sus formaciones glaciares, las más importantes y mejores conservadas de Guadarrama. Hablamos de una zona que se extiende desde el Puerto de los Cotos hasta el Collado del Camino Nevero. Asimismo, su punto más alto es el pico de Peñalara, situado junto a otras cuatro cumbres que conforman la cresta del macizo.

Este pico, situado a 2428 metros de altitud, indica el final de una senda que tiene su punto de inicio en el Centro de Visitantes de Peñalara, junto al Puerto de los Cotos. El camino hasta la cima consta de 5 kilómetros de ascensión que acumulan 600 metros de desnivel, lo que puede suponer un reto si no se tiene una condición física mínima. Además, hay que tener en cuenta que en invierno la nieve y el hielo dificultan mucho la hazaña. En dicha época puede volverse incluso peligroso si no se tiene la experiencia necesaria. Por ello, es más recomendable hacer esta ruta en otro momento.

Como curiosidad, hay otros dos itinerarios que parten del mismo origen que el ascenso a Peñalara, pero que finalizó en otros puntos. Una de estas rutas, la más fácil, asequible para todo tipo de público, finaliza en la laguna Grande, un estanque situado en pleno circo glaciar. El otro camino es el que lleva hasta la laguna de los Pájaros. Este último casi de la misma dificultad que la ruta al pico de Peñalara.

La senda del Cancho de los Muertos

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Sierra de Guadarrama. Al fondo, el macizo de Cancho de los Muertos. | Shutterstock

Si antes era el Macizo de Peñalara, la segunda de las rutas de Guadarrama nos lleva hasta la otra zona estrella de la sierra: La Pedriza. Hablamos de un berrueco. Es decir, de un peñasco granítico de gran importancia geológica en el que, curiosamente, se sitúa la zona de escalada de adherencia más difícil del mundo.

La senda del Cancho de los Muertos, que se interna en esta zona, comienza en el estacionamiento de Cantocochino, justo enfrente de un puente de madera que cruza el río Manzanares. Desde aquí, el camino sube hasta el cruce del collado Cabrón. A la derecha, a apenas unos metros, el excursionista se topará con un macizo granítico. Es el lugar que da nombre a la ruta: el cancho de los muertos. Un sitio en el que se dice que los bandoleros de la banda Pesetas ejecutaban a sus víctimas en el siglo XIX. De ahí el nombre.

Tras dejar atrás Cancho de los Muertos y volver al collado Cabrón, ahora hay que tomar un camino que sale a la derecha hasta terminar en el mismo punto de inicio: el estacionamiento de Cantocochino. En total, 5,6 kilómetros de ruta circular apta para todos los públicos y de unas dos horas y media de duración. A tan solo 15 minutos en coche, se encuentra el municipio de Manzanares El Realperfecto para finalizar la visita.

La ruta de Cuerda Larga

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Vistas del pantano de Santillana en el recorrido de la ruta de Cuerda Larga. | Shutterstock

La tercera de las rutas de Guadarrama que proponemos es también la mas dificil. Tanto por su distancia, como por su logística, su no señalización y su terreno. Se trata de la ruta de Cuerda Larga, una senda clásica que, sin embargo, no es muy conocida entre el público general por estos mismos factores que venimos mencionando.

Se trata de una senda que comienza en el Puerto de Navacerrada y que se extiende hasta el Puerto de La Morcuera, encadenando nueve de las cimas más altas de la Comunidad de Madrid (sin contar con la de Peñalara) por un terreno pedregoso e irregular, siempre a más de los 2000 metros de altitud.

El trayecto se extiende hasta alrededor de los 20 kilómetros y estos son los picos por los que pasa. Tras dejar atrás la Bola del Mundo, toca el Cerro de Valdemartín, seguido por Cabeza de Hierro Menor y, en tercer lugar, Cabeza de Hierro Mayor, siendo este último el pico más alto del itinerario y el segundo más alto de Guadarrama.. Después, la ruta continúa hasta la Loma de Pandasco, ya superado el ecuador del camino. Aún quedan cuatro picos: Navahondilla, Asómate de Hoyos, Bailanderos y La Najarra.

Por el camino, vistas panorámicas de la sierra que, quienes han hecho la Cuerda Larga, aseguran que recompensarán el esfuerzo. Un esfuerzo que puede suponer fácilmente las nueve horas de duración para un senderista medio. Esto sin contar con que haya nieve, caso en el que la dificultad del camino se duplica. De hecho, en invierno no es recomendable hacerla si no se tiene la experiencia suficiente y el material adecuado (crampones, por ejemplo). Por otra parte, en verano hay que ir bien preparados, es decir, llevar mucha, mucha agua (unos tres litros), pues en Cuerda Larga apenas hay sombras.

También hay que tener en cuenta que se trata de una ruta lineal de gran extensión. Por ello, lo mejor es dejar un coche al inicio de la ruta y otro al final o contar con que alguien vaya a buscarte al finalizarla. Otra opción es dividir el itinerario en dos, haciendo noche en la sierra, algo que solo puede hacerse durmiendo al raso. O, por qué no, hacer solo una parte de los 20 kilómetros, dando la vuelta antes de terminarla. Se plantee como se plantee, Cuerda Larga supone una oportunidad perfecta para disfrutar de la naturaleza de la Comunidad de Madrid y vivir un sinfín de experiencias.

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Autor: España Fascinante junto a la Comunidad de Madrid
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