Volcanes activos en Guatemala: Ascensión del volcán Pacaya.
Una de las excursiones en la naturaleza más impresionantes que puedes hacer desde la ciudad de Antigua Guatemala, es la subida al volcán Pacaya. Un volcán activo en el que ver muy de cerca la belleza y poder de los fenómenos naturales.
El primer volcán activo al que “ascendí”, fue hace algunos años durante mi viaje por la isla de Sicilia, donde tuve la suerte de subir al Monte Etna. La ascensión del Pacaya no tiene nada que ver en cuanto a experiencia y sensaciones. El Etna es descafeinado (subes 1º en coche, luego en teleférico y para finalizar en un camión). El volcán Pacaya lo subes tú con tus piernas. Y esa diferencia hace que una vez arriba disfrutes mucho más de las vistas y la experiencia.
Guatemala es un país que si por algo se caracteriza es por ser una tierra de volcanes. Hay 32 reconocidos por el Instituto Geográfico Nacional, repartidos por gran parte de su territorio. De los cuales 3 (Pacaya, Fuego y Santiaguito) están en la actualidad activos (junio 2019).
El Pacaya es además el único de los tres al que se puede ascender. Así que dijimos, “habrá que intentarlo”. wink
– ¿Cómo hacer la excursión al volcán Pacaya?.
– Por libre.
Esta excursión no se puede realizar por libre al 100%, por lógicos motivos de seguridad.
Puedes llegar por libre hasta la entrada del Parque Nacional. Pero para realizar la subida deberás contratar a un guía.
– Con una agencia.
Si estás de viaje por Guatemala, la ciudad de interés más cercana es Antigua Guatemala. No vas a tener ningún problema en encontrar lugares donde te oferten esta excursión. Hoteles y agencias la tienen en su lista. El precio suele ser muy similar en casi todos. Si quieres alguna rebaja, además de intentar regatear, puedes conseguirlo contratando varias actividades. Nosotros contratamos la subida al Pacaya y el traslado a Quetzaltenango en el hotel, y conseguimos “algo” de descuento.
Si por el contrario solo estás de paso y haces “una escala larga” en Ciudad de Guatemala, también hay agencias que realizan la excursión de un día.
– La excursión al Pacaya.
Una vez que hayas decidido con quién contratarla, elegida la fecha para hacer la subida (mira la previsión meteorológica para que haga un buen día), solo tienes que esperar a que te recojan en tu alojamiento. Nuestra hora de salida era a primera de la mañana (6:00 am). Un bonito madrugón en el que podéis aprovechar para disfrutar del amanecer.
El autobús era bastante grande (para unas 20-25 personas), los asientos confortables, y no había “overboking”, con lo que cada viajero tenía su asiento. Además no estaba optimizado con asientos plegables para cuantos más mejor, con lo que tanto el viaje de ida como el de vuelta fueron muy cómodos, hasta el punto que nos dormimos gran parte del pasaje en el de ida (por el madrugón) como en el de vuelta (por el cansancio).
En aproximadamente una hora y media llegamos a nuestro destino. A esas horas no hay casi tráfico y eso se agradece, ya que uno de los puntos negativos de está excursión es como tengas la mala suerte de toparte con un atasco camino del Pacaya. Quizás por eso ahora la excursión se hace a primera hora de la mañana.
La subida la podéis hacer a pie o en caballo. Si, hay caballos a la entrada del parque, que a cambio de algunos quetzales o dolares (sobre los 10$) os llevaran en sus sillas. Nosotros preferimos hacerlo andando por varios motivos. Satisfacción personal, y no nos gusta el uso de animales para actividades en el mundo de los viajes (camellos, caballos, elefantes, delfines, etc).
Una vez llegados a la entrada del Parque Nacional, pasamos por la taquilla para comprar nuestra entrada (50 Quetzales a junio de 2019).
También veréis antes de subir a unos niños que os alquilarán palos de madera a modo de bastón de trekking. Desde nuestra experiencia creemos que es una buena idea para apoyar, además el precio después de regatear un poco no nos pareció para nada excesivo (5 Quetzales por palo). Y tranquilos que a la bajada, antes de subir al autobús estará el niño esperando para que le devolváis su palo. wink
Así que con nuestra entrada, palo y bien provistos de agua + plátanos + galletas para reponer fuerzas (muy importante), se formó el grupo con nuestr@s guías, dispuestos a empezar la ascensión.
Desde nuestra experiencia y actual forma física, tenemos que decir que la subida es dura. No imposible. Pero si dura. El principal problema es que no puedes ir totalmente a tu ritmo. Vas forzado si no quieres descolgarte demasiado de la gente que va en cabeza. También hay que decir que se hacen algunas paradas (sobre todo al principio). En ellas disfrutareis de un par de miradores y os darán varias explicaciones.
El primer tramo es el más “fácil”. De la mitad hacia arriba la cosa ya se pone interesante. El hecho de estar rodeado de vegetación, que el camino sea muy polvoriento, el calor y la humedad de la zona tampoco ayudan. Pero nosotros lo conseguimos y la sensación de satisfacción una vez que llegas al mirador es indescriptible. No me imagino lo que será hacer cumbre en el Everest. tongue
Nos gustó tanto la sensación, que algunas semanas después lo volvimos a hacer, pero está vez en El Salvador, subiendo el volcán Santa Ana.
También quiero comentar que durante gran parte de la ascensión, en la cola del pelotón irá alguno de los chicos que se dedica a alquilar los caballos por si vuestras fuerzas flaquean. Sarai y yo que “íbamos a nuestro ritmo” al final del grupo, llevábamos justo detrás a uno de ellos que iba todo el rato diciendo: “caballo señor”, “la subida es más fácil”, “pues este tramo es el sencillo, luego esto se pone…” Y así más de 40 minutos. Hasta que ya llego un momento que no pude más y dije: “Vas a estar todo la subida diciendo lo mismo, porque caballo no voy a coger, o subo andando o a gatas, pero la cabeza me la estas poniendo como un bombo”. Y por fin se calló.
Yo entiendo que el chico tenga que ganarse la vida, pero luchar a más de 2000 metros por respirar con un mínimo de dignidad, mientras subes rodeado de polvo, calor, humedad y tener a alguien detrás tuyo cada minuto diciendo esas palabras, minándote la moral, pues la verdad que lo hace todavía más difícil. Por suerte se calló. Y nosotros conseguimos llegar al mirador, no con poco esfuerzo.
Aquí hay que aclarar una cosa muy importante. Hasta la cima del volcán Pacaya LEGALMENTE NO SE PUEDE SUBIR.
La cima sería el borde del cráter humeante, y está prohibido subir por razones de seguridad.
Pero… Un grupo reducido de nuestro autobús se puso de acuerdo y “pagó un extra a uno de los guías” para realizar la ascensión completa.
Además de suponer una temeridad ya que el volcán está activo y por desgracia “no tiene un horario marcado de cuando hay erupciones”, es una infracción castigada con multa (no les pillaron). También supone tener que subir y bajar “en tiempo record” para no perder el autobús.
Nosotros no lo barajamos visto lo que nos había costado llegar hasta el mirador. Pero ellos si lo consiguieron, ya que volvimos a verlos en el autobús de vuelta.
Una vez llegues al mirador puedes hacer dos cosas:
1- Quedarte aquí y disfrutar del increíble paisaje.
2- Bajar ”un poco” más y cocinar comida con el calor que sale del suelo.
Nosotros nos quedamos en el mirador ya que bajar, cocinar y subir de nuevo se hace en no demasiado tiempo, quitándolo para estar en el mirador. Hubo bastante gente que lo hizo, así que tu decides. Nosotros preferimos hacer menos y disfrutar más. Además ya habíamos visto cocinar con el calor de la tierra en el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote. Y bueno, es “curiosa” la experiencia. Pero (para nosotros) nada que compense meterte otros 30 minutos extra entre la bajada y subida.
En el mirador había un pequeño puesto de bebidas y bolsas de chucherías. Si no habéis subido con material o ya se os ha terminado, aquí podréis reponeros.
La bajada que podría parecer mucho más fácil que la subida, nos lo pareció solamente a medias. Si bien es verdad que ya no estás preocupado por echar un pulmón por la boca, ya que el esfuerzo físico es mucho menor, el problema de la bajada es el suelo y las piedras sueltas que hacen muy fácil que te pegues un golpe por un resbalón. Para esto nos vino de perlas el palo del niño. wink
Una vez de nuevo abajo, esperas o te esperan (dependiendo de tu ritmo) en la entrada del Parque Nacional a que bajen todos los miembros del grupo. Puedes aprovechar para tomarte algo o jugar con los carrochitos de perro que hay por la zona. Eso sí, no les deis plátano, ya que os mostrarán la mayor de las indiferencias. A ellos darles cosas ricas. ¡Menudo carácter! tongue
La hora y media de vuelta en el autobús, fue una mezcla entre recordar la experiencia, saborear “la victoria” y pegar alguna cabezada.
La agencia nos dejó en la puerta de nuestro hotel al mediodía. Decidimos pegarnos una ducha para quitarnos los 15 kilos de polvo y sudor que traíamos encima. Fuimos a comer y después seguimos visitando la ciudad de Antigua Guatemala con toda la tranquilidad. bigsmile
– Consejos para subir el Volcán Pacaya:
– El primero de los consejos que te voy a dar es fundamental: Un buen calzado. Zapatillas de trekking, botas de montaña o las mejores zapatillas que tengas para hacer deporte al aire libre.
– Lleva una mochila pequeña para meter todo lo que a continuación necesitas.
– Agua (al menos hasta que hagas cima) y algo de comer (plátanos, galletas, frutos secos). Nunca sobran y repondrás fuerzas.
– La cámara de fotos la vas a poder utilizar principalmente en el mirador. En la subida y en la bajada es muy difícil. Además de que vas a necesitar tus dos manos, se levanta muchísimo polvo, así que se va a poner bonita. Este es un buen momento para las cámaras de acción, ligeras, selladas y pequeñas.
– Crema solar. El sol pega que da gusto.
– Lo más duro no es la subida, es tu cabeza que te dice que no puedes. Si consigues ganar esa batalla psicológica, está chupado. wink
– La ascensión hasta el mirador se hace en aproximadamente 1 hora y media. Es todo pendiente. El tramo final es el peor.
– La bajada (sin perder ningún diente) se realiza en 1 hora, más o menos.
– Si bien no hace falta tener la forma física de un atleta, algo de físico si es aconsejable. Ten en cuenta los tiempos que se tarda entre la subida y la bajada, la temperatura y la humedad. Nosotros no somos deportistas y lo conseguimos, pero es duro.
– Alquilar un palo de los que ofrecen los niños es buena idea. Ayuda más de lo que molesta.
– Hay baños al lado de la taquilla de venta de entradas. Así que podrás usarlos justo antes de subir o una vez finalizada la visita.
– INFORMACIÓN para visitar el volcán Pacaya:
– Horario: De lunes a domingo de 7:00 a 17:00 horas.
– Precio de la entrada al volcán Pacaya:
50Q Extranjeros.
20Q Nacionales.
10Q Estudiantes nacionales con carné.
– Precio de la excursión por agencia, y que incluye:
Pagamos 75 quetzales por persona por el transporte ida y vuelta (con recogida y devolución a nuestro alojamiento). Además estaba incluido el guía para subir.
La entrada al Parque Nacional se paga aparte al igual que el resto de gastos (palo de apoyo, caballo, agua, comida, etc).
Nos recogieron a las 6:00 en nuestro hotel y nos devolvieron en el mismo lugar sobre las 13:00.
– Precio del guía si vas por libre: 200Q. De 1 a 15 personas.
– Página web oficial del volcán Pacaya.
– Algunos datos curiosos sobre los volcanes de Guatemala:
- El volcán más alto es el Tajumulco (en San Marcos) con 4.220 metros.
- El más activo y violento es el volcán Santiaguito (en Quetzaltenango).
- El de mayor volumen es el volcán de Agua.
- De los 288 volcanes o estructuras de origen volcánico que hay repartidos por toda Guatemala, solamente de 8 se tiene registro de actividad en tiempos históricos.
- Guatemala pertenece al arco volcánico centroamericano. Con una extensión de 1500 km abarca desde Guatemala a Panamá.
– Otros lugares naturales en Guatemala.
Guatemala está llena de paisajes naturales. Si os gusta este tipo de entornos no podéis dejar de visitar:
– La isla de Flores y lago Petén Itzá. Al norte del país se localiza esta isla con mucho encanto. Ideal para alojarte si quieres ver las Ruinas de Tikal.
– Semuc Champey. Uno de los espacios naturales más conocidos de Guatemala y una de sus visitas imprescindibles.
– Livingston y Río Dulce, viaje al Caribe Guatemalteco. Subiremos por el río en lancha, hasta llegar a la pequeña parte de tierra que posee del mar caribe Guatemala.
– Las Fuentes Georginas. Un balneario natural, creado a partir de las piscinas y manantiales de azufre que surgen de las entrañas de nuestro planeta.
– Hacer un trekking por la Reserva Natural de Atitlán. Eco-turismo en Panajachel.
– Visitar el Lago Atitlán y sus pueblos por libre. Naturaleza y tradición rodeados de un entorno idílico.
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Autor: Danny
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