Venimos en Aprendizaje Viajero con otro artículo sobre La Paz, Bolivia, la ciudad que lleva acogiéndonos ya más de 9 meses y en la que nos quedan al menos otros 3. Ya hemos hablado largo y tendido sobre la gastronomía boliviana, e incluso escribimos una guía completa de La Paz.
Pero hoy traemos un artículo más sensitivo. Hoy, hablaremos sobre los 5+1 sentidos en La Paz, al igual que hicimos un artículo similar de otras ciudades, como «Buenos Aires con los 5 sentidos» y más que tenemos en el tintero.
Como muchos sabréis, desde Aprendizaje Viajero nos gusta viajar por las sensaciones que recibimos, y cómo se nos presenta la ciudad a través de los 5 sentidos.
….habrá hasta un hueco para el “sexto sentido”….pero de eso hablaremos más adelante en el post. ¿Comenzamos?
Vista
Recordemos que La Paz está en lo alto de los Andes, a 3.600m de altura aproximadamente, y su color es marrón. MUY marrón. Para el sentido de la vista traemos dos formas de ver la ciudad, la primera es mediante el «metro» de aquí, que no es subterráneo sino vuela por encima de nuestras cabezas. El famoso teleférico.
El teleférico es el gran proyecto de Evo, y ha traído a la ciudad de La Paz 30 kilómetros con más de 8 líneas (y las que quedan), transportando pasajeros desde los 3.200m de altitud a los que se encuentra la Zona Sur hasta la parte de El Alto a unos 4.000m.
Pero si el mal de altura te afecta y prefieres ver la ciudad quietito, siempre podrás acercarte a alguno de sus miradores. Uno mítico es el Montículo de Sopocachi, pero mi preferido sin lugar a dudas es el mirador Killi Killi.
Gusto
Uuuuuuuy aquí podría estar escribiendo horas sin parar, pero intentaré no dar demasiado la turra. Bolivia goza de una cultura gastronómica brutal, con platos típicos como el pique macho, el silpancho, la sopa de maní, el ají de fideo, el trancapecho, el surubí, el queso humacha, y un larguiiiiiisimo etcétera.
Ah! Y aquí en los Andes recomiendan comer carne de alpaca y de llama. ¿La carne de qué? Sí, las alpacas y las llamas sirven también para alimentarse. Su carne es algo más dura que la de vaca, pero tiene mucho sabor.
Nosotros no somos especialmente amantes de esta comida, pero queríamos confirmar que es bastante común encontrar este tipo de carnes en restaurantes algo más caros.
Por cierto, aquí te dejamos un artículo con nuestros lugares favoritos donde comer en La Paz.
Ah, y como dato adicional, en Rurrenabaque (Amazonía boliviana) se pueden comer pirañas pescadas por ti ese mismo día. No es coña, Let pescó como 5 o 6.
Oído
La contaminación acústica que sufre esta ciudad es tremenda. Me encantaría poner que bandas de jazz tocan por la calle mientras ángeles bajan del cielo para susurrarte melodías en escalas mayores al oído, pero estaría mintiendo.
Aquí el sonido más común y constante es el PPPPPPIIIIIIIIII de los klaxons/bocinas.
Siempre. A todas horas. Pitan.
Por todo.
De hecho es común que los taxi te piten a ti para que te subas a ellos. Más encima si te ven blanco y saben que pueden pedirte el precio gringo que lo pagarás igual. Sí, aquí hay una discriminación racial espectacular. Si eres blanco de piel pagas la tasa gringa, por todo, quieras o no. Seas gringo o no. Pero de este tema ya hablaremos en otro artículo.
Volvamos a los pitidos. El sonido de La Paz es un tráfico constante de buses antiguos con motores oxidados y minibuses que tocan el klaxon para avisar a la gente en las aceras que se suban. Siempre. Así que un constante pitido es el sonido de La Paz.
Yo a veces me levanto a mear por la noche y cuando vuelvo a la cama disfruto de la quietud y silencio que me brinda la ciudad a las 5am.
También es constante encontrarte con bloqueos en las carreteras y manifestaciones por todo. Más bocinas. Más ruido.
Tacto
Vale, ya me quejaré después de la parte de olfato, que me parece complicada. ¿Pero tacto? Aquí podría tratar las formaciones del Valle de la Luna, que son curiosas y algo atractivas al tacto.
También podría hablar sobre los aguayos, las telas que usan las cholitas para empaquetar a sus hijos y colgárselos en la espalda. Este tipo de tela es muy común ya no sólo en Bolivia sino en toda la región andina. Se usan también como salvamanteles, y en realidad los verás en casi cualquier sitio.
Olfato
Esta parte siempre la encuentro más difícil, y vais a permitirme hacer alguna trampilla poniendo……la falta de oxígeno? Recordemos que mucha gente sufre el mal de altura una vez llega a La Paz, sobre todo si lo hace en avión o de manera brusca sin aclimatarse previamente. Nosotros por suerte no tuvimos ningún problema, pero en nuestra vida rutinaria encontramos varias situaciones en donde la falta de oxígeno nos fastidia.
Pablo, quien está aquí a las teclas, es la persona más alta de la ciudad más alta del mundo. Bueno, vuelvo a la primera persona. La cosa es que aquí arriba se nota que no se respira igual que a nivel del mar.
Si quieres leer los efectos, síntomas, y cómo aliviar el mal de altura, entra en este enlace que te lo contamos tooooodo.
Os he dicho que además hay muchisísima contaminación? Pues ale, más para el olfato.
El Sexto Sentido
La Paz es una ciudad maravilla, eso por supuesto (aunque parezca que me haya salido un post súper hater). Además, cuenta con su parte de misterio y de leyendas con la calle Jaén.
Es una calle céntrica que aguarda historias y leyendas terroríficas. Mitos, cuentos, y misterio.
Los balcones que sobresalen, los colores alegres que resaltan, los faroles que iluminan cuando se va la luz…parece cualquier calle agradable del sur de España, pero no.
Con apenas cien metros de longitud, la calle Jaén conecta las zonas de Indaburu y Sucre, plenamente céntricas y coloridas. Pero cierto es que cuando cae la noche la gente rodea por no subir la calle Jaén.
Tienen miedo de las historias que cuentan, de las leyendas…
…y si quieres saber alguna de ellas tendrás que leer el otro post en donde tratamos precisamente este tema. Los misterios y leyendas de la calle Jaén. ¿Os atrevéis?
Leticia es fundadora de Aprendizaje Viajero, uno de los blogs de viaje de referencia en español. Tiene más de 7 años de experiencia redactando guías de viaje y dedicándose a viajar por el mundo. En estas guías incluye recomendaciones y opiniones sobre qué visitar, cómo hacerlo, los mejores itinerarios y mil consejos más.
Ha escrito innumerables artículos de viaje y ganado varios premios de redacción. Además, ha aparecido hablando sobre viajes en los medios de prensa más importantes de España.
Estudió Traducción en la Universidad de Valladolid y ha trabajado para marcas internacionales aportando valor en departamentos de Marketing. Se dedica a su propio proyecto de viajes y turismo desde hace más de siete años.
Podéis leer más sobre ella en sus perfil de LinkedIn.
Autor: Leticia Gómez Jiménez
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