Almendros en flor en la Quinta de los Molinos (Madrid)

Cuando el invierno agota sus últimas bocanadas, las señales de que la primavera se aproxima empiezan a dejarse notar. Las tardes apuran su luz aún más si cabe, mientras bandos de grullas aletean rumbo norte y arranca la floración de algunas especies vegetales. Es entonces cuando los almendros en flor refulgen para vestir sus ramas hasta entonces desnudas. Entre blancos y rojizos anda este bello juego de pétalos que brotan en explosión en cuanto se suceden unos pocos días más cálidos de lo normal. De pronto entra en escena uno de esos lugares de Madrid que año tras año grita a los cuatro vientos un aquí estoy yo. Me refiero a la Quinta de los Molinos, un parque histórico de aires mediterráneos con toques de Belle Époque, el cual presume de contar con una de las floraciones de almendros más espectaculares de todo el país, pues en sus dominios cuenta con más de mil de estos árboles que se despojan de su invernada para arroparse con un fastuoso traje blanco y rosáceo.

La posibilidad de disfrutar los almendros en flor en la Quinta de los Molinos se ha convertido en un clásico matritense. Pero, ¿por qué hay tantos árboles de este tipo en dicho parque? ¿Cuándo es el mejor momento para ver la floración de los almendros? ¿Cuánto suele durar este breve regalo de la naturaleza? Un poco de luz viene bien para exprimir la experiencia floral, ¿no creéis?

Cuando la Quinta de los molinos pasa a ser el Parque de los almendros en flor

Un poco de Historia

En 1920 el Conde de Torre Arias regaló una amplia extensión de terreno a su amigo el alcoyano César Cort Botí, importante ingeniero, considerado el primero en España en ostentar una cátedra de urbanismo. También ejercería durante la II República como concejal del ayuntamiento de Madrid. Para rememorar su niñez en Alcoy, diseñó su propio palacete así como unos jardines de estilo mediterráneo donde envolverse de los aromas y colores de su tierra natal. Y todo ello en la capital, en una finca que superaba holgadamente las veinte hectáreas y que estaba delimitada por la calle de Alcalá en el actual barrio de El Salvador, dentro del distrito San Blas-Canillejas. Sin saberlo, acababa de nacer un auténtico tesoro de barrio en Madrid, la Quinta de los molinos, alejado de la almendra central. Lugar que décadas más tarde (en los ochenta) sería legado por los descendientes del arquitecto al consistorio municipal, pasando de ser una propiedad privada a un espacio de disfrute y esparcimiento para los madrileños y visitantes de toda España. No sería hasta 1997 cuando éste fuera declarado Parque Histórico por el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid.

Esta finca rústica utilizada como explotación agrícola desde sus inicios empezó poco a poco a hacerse conocida por sus extensos almendrales con los que el propio César Cort quiso traer a Madrid un pedacito de los campos de Alcoy. Hasta contar con más de un millar de almendros que, todos juntos, durante la floración a finales del invierno, ofrecen una visión magistral de la naturaleza. Un cuadro impresionista llamando a las puertas de una primavera cada vez más próxima. Y para todo el mundo. Aunque sobra decir que en la era de las redes sociales, quienes buscan coleccionar estampas absolutamente fotogénicas, suelen encontrar aquí lo que buscan (como quienes van a ver la floración de la lavanda a Brihuega en Guadalajara o la de los melocotoneros de Cieza en Murcia, por no hablar de los cerezos del valle del Jerte en Cáceres). Los almendros en flor en la Quinta de los Molinos se ha convertido en un reclamo turístico y onírico en el flanco nordeste de la capital.

¿Dónde se encuentra la Quinta de los Molinos?

Las más de veinte hectáreas de parque están delimitadas por la famosa calle Alcalá, la calle Miami, la calle de Juan Ignacio Luca de Tena y la avenida del Veinticinco de Septiembre. Cuanta con cinco puertas de acceso. Y, si bien, es una zona donde aparcar puede ser complicado en ocasiones, tiene una parada de metro junto a la entrada principal (C/ Alcalá 527) desde la cual ya se aprecia uno de los almendrales de la finca. Se trata de la estación de Suanzes, una de las últimas etapas de la Línea 5 (color verde), situada a once paradas de Gran Vía, seis de Diego de León o cinco de Ventas. Mientras que dos estaciones más adelante permite acceder a otra de esas maravillas del extrarradio madrileño, los Jardines del Capricho en plena Alameda de Osuna. En cuanto a los autobuses paran en la puerta los vehículos de las líneas 77, 104 y 105.

Horarios de visita a la Quinta de los Molinos

Este parque, el cual se trata de un recinto cercado por muros, abre a diario entre las 6:30 de la mañana y las 22:00 horas. Este horario se mantiene intacto independientemente de la época del año en que nos encontremos.

¿Cuándo es el mejor momento para ver los almendros en flor en la Quinta de los Molinos?

La floración de los almendros suele coincidir generalmente con el mes de febrero. Dependiendo de si estamos ante un invierno cálido y seco (como el pasado de 2022) la cosa se puede adelantar de tal modo que a mediados de febrero hayan brotado todos los almendros. Mientras que en inviernos más fríos o en caso de que haya habido nevadas, hay que esperar a finales de mes (o incluso a veces a primeros de marzo) para poder contemplar el fenómeno de los almendros en flor tanto en la Quinta de los Molinos como en otros parques o parajes madrileños que cuenten con estos árboles.

Aún así la media de los últimos años nos lleva a la segunda quincena de febrero y la primera semana (máximo dos) de marzo para contemplar dicha explosión.

*NOTA: En la última semana de febrero los almendros ya presumen de una floración exuberante que durará hasta entrado marzo. Para este u otros años sucesivos iré actualizando puntualmente la información en este escrito para conocer cuándo es mejor visitar el Parque de la Quinta de los Molinos y sus célebres almendros en flor.

¿Dónde se encuentran exactamente los terrenos con más almendros de la Quinta de los Molinos?

Muchas de las personas que visitan la Quinta de los Molinos para poder contemplar la floración de los almendros se quedan en gran almendral que hay detrás de la puerta principal (C/ Alcalá, 527). Que, por supuesto, es uno de los más impresionantes del parque, pues aquí se hallan probablemente los ejemplares de mayor antigüedad y fotogenia. Pero tanto durante los fines de semana como en las tardes de diario del mes de febrero así como de principios de marzo, constituye la parte que tiende a llenarse de gente con mayor facilidad. De ahí que mi recomendación es no nos quedemos únicamente en esta parte y avancemos de frente, pues con celeridad no adentraremos en este espacio repleto de almendros donde la densidad de visitantes baja de manera notable.

Y si miramos hacia la izquierda (o, mejor dicho, al oeste), cabe destacar el gran almendral que hay junto al acceso de la Calle Miami (al lado hay un parque infantil con columpios) que, personalmente, es mi preferido dentro del Parque Quinta de los Molinos. Ejemplares igual de vetustos o incluso mayores que los que dan a la calle Alcalá en una zona plana y lo suficiente extensa como para disfrutar del paisaje y la fotografía en estos días preprimaverales donde la floración ofrece sus mejores galas.

En este mapa se pueden apreciar mejor los almendrales de mayor tamaño en el parque:

La Quinta de los Molinos como «Espacio abierto» todo el año

Quien piense que la visita a la Quinta de los Molinos depende únicamente de la floración de sus casi mil quinientos almendros se equivoca. La vieja finca de recreo cuenta con muchas más especies de árboles (pinos, olivos, encinas, eucaliptos, plátanos y un largo etcétera) como para que merezca la pena dejarse caer por aquí en cualquier época del año. Sin olvidar, por supuesto, interesantes elementos arquitectónicos de lo que fueron los jardines y vivienda de César Cort (la torre del reloj, los molinos que aportan el nombre, las canalizaciones de antaño, el estanque, etc.), donde destaca lo que se conoce como ESPACIO ABIERTO (C/ Luca de Tena, 20), un lugar muy enfocado a los niños y más jóvenes donde se desarrollan talleres así como multitud de eventos gratuitos. Y que tiene una ludoteca pública (aquí llamada urbanoteca) con un número cada vez mayor de adeptos, auditorio y un café-jardín convertido en un buen punto de encuentro para visitantes no sólo de Madrid sino de cualquier parte del mundo.

La última visita precisamente la realicé junto a mi hijo Unai, con quien grabé este breve vídeo:

Más fotografías del Parque Quinta de los Molinos con los almendros en flor

He aquí algunas instantáneas más de la floración correspondiente a 2022 con la que poderse hacer a la idea de lo que podemos encontrar en el parque durante esta breve pero intensa época del año en que los almendros se rebelan contra la tiranía del General Invierno: