Cuando se acerca el verano, es difícil no pensar en una escapada de playa. El litoral español es sumamente rico en lugares idílicos donde disfrutar de las olas, pero siempre gusta que haya algo más. Los siguientes pueblos con playa, además de estar en la costa, también tienen otros atractivos que los convierten en destinos perfectos para los meses de verano.
La receta para clasificar los pueblos con playa más atractivos.
Además de por sus fantásticas playas, los ocho pueblos de esta selección destacan por poseer otros encantos que por sí solos los harían muy apetecibles. Todos ellos tienen un entorno natural envidiable., del que la costa es solo una parte. También coinciden muchas veces en un patrimonio histórico y cultural de primer orden. Relacionado con esto último, estos pueblos nunca son meras urbanizaciones, sino que tienen autenticidad y solera de sobra.
No puede faltar entre estos pueblos señeros una cocina que nos maraville, llena de ingredientes locales. Y, por último, si ofrecen alguna fiesta señalada con la que animar el veranotanto mejor para erigirse como el destino estival definitivo.
Clasificación de los mejores pueblos con playa para visitar en verano
8. Castell de Ferro
A pesar de su nombre, de resonancias catalanas, Castell de Ferro se enclava en plena costa granadina. Las playas del Sotillo, de la Rijana o la cercana Cala de Cambriles dan fe de la variedad de este litoral, con varios tonos de arena y de grava, bajo la atenta vigilancia del viejo castillo.
Como buen pueblo volcán al mar, las fiestas de la Virgen del Carmen son el gran acontecimiento del veranoy suponen todo un espectáculo de luz y color que hacen del mes de julio el más atractivo para acercarse a conocer este núcleo del municipio de Gualchos.
7. Alcocebre
Comparado a veces con Cerdeña por la espectacularidad de su entorno, Alcossebre forma un tándem excelente con la otra parte de su municipio, Alcalà de Xivert. Los kilómetros de playas extraordinarias quedan enmarcados al norte por la tremenda belleza de la sierra de irtadonde la naturaleza más virgen del Mediterráneo desciende a pie de mar en mil estampas de postal.
Este entorno hace las delicias de cualquiera con ganas de caminar. No obstante, también hay que sumar. el patrimonio histórico que salpica la localidad y que hacen de Alcossebre una experiencia muy variada.
6. La Ametlla de Mar
Formado en su día por pescadores llegados de Valencia, la Ametlla de Mar es un pueblo del sur de cataluña que mantiene bien viva su tradición pesquera y marineraademás de ser el segundo con más banderas azules de la comunidad.
Sus 30 playas son para todos los gustos, con fina arena blanca y aguas transparentes que albergan grandes extensiones de posidonia. No falta un castillo junto al mar, como tampoco fiestas populares bien coloridas en junio y en agosto.
5. Deba
La costa guipuzcoana es generosa en pueblos de rica historia marinera. Deba es inconfundible por su puente sobre la ría, pero conserva también casas notables como la Torre Sasiola o el Palacio Aguirreque nos hablan de la dilatada historia de la localidad.
Con todo, casi se puede afirmar que el verdadero protagonista es el paisaje, con puntos tan estelares como el Mirador del Flysch o Baratzazarrak, que da una idea de esta espectacular costa, el Valle de Lastur o la Cueva de Ekain. El toque final lo pone siempre la famosa gastronomía local.
4. Órzola
Uno de los pueblos más auténticos de Lanzarote, Órzola, tiende sus casitas blancas en la costa norte de la isla, lejos del bullicio. Hay maravillosas playas como la del Caletón Blanco o la de la Cantería, pero también quedan a tiro de piedra fantásticos senderos que cruzan el paisaje y atalayas tan portentosas como el Mirador del Río.
Además, desde Órzola se toma el transportar hasta la vecina isla de La Graciosa. A finales de agosto tienen lugar las fiestas de santa rosa de limacon asados populares y animadas verbenas.
3. Mazagón
Las playas más vírgenes de toda la provincia de Huelva se encuentran en este núcleo que se reparten Moguer y Palos de la Frontera. Frecuentado por familias de la zona ya desde finales del siglo XIX, Mazagón regala playas atlánticas de ensueño.
También cabe destacar la cercanía de otros espacios privilegiados como Doñana, el Estero de Domingo Rubio y otras lagunas no menos atractivas. Además, las perspectivas infinitas de esta costa onubense guardan aquí puntos tan agraciados como el Muelle del Vigía y mil rincones más.
2. Comilla
Comillas posee un buen tramo de la mejor costa de Cantabria, pero son tantos sus otros reclamos que a menudo llegan a eclipsar sus playas. La prosperidad de algunos comillanos ilustres ha dotado a esta villa de un patrimonio verdaderamente imponenteque tiene hasta un edificio de Gaudí.
Con todo, las posibilidades de Comilla se extienden a un buen número de rutas senderistas y otras formas de turismo activo. Algunas de estas rutas recuperan un legado alejado de marqueses y prohombres, como la ruta ballenera que evoca una de las actividades más típicas históricamente.
1. Cadaqués
Cadaqués Estuvo aislado durante siglos, pero hoy es un tesoro de fama internacional. Su vida tradicional sigue bien visible en los colores que decoran las casas del pueblo.pero a su pintoresquismo se suma la singularidad de un paraje tan especial como el Cabo de Creus, un escenario que se presta tanto a caminatas admirables como a oníricas inspiraciones.
Estas últimas están muy presentes, como sabemos, en la pintura de Dalí, el genio surrealista que encontró aquí. el marco perfecto para sus creaciones. Tal es el poder de este pueblo irrepetible y de playas como Sa Conca, Playa del Rosla cala de Portlligat y tantas otras.
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Autor: Fran Agudo
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